Cine y eutanasia

 

©Enrique Martínez-Salanova Sánchez

 

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El puntero de don Honorato/Bibliografía


 Qué es y qué no es eutanasia


El mayor espectáculo del mundo Johnny cogió su fusil Danzad, danzad, Malditos Cuando el destino nos alcance Mi vida es mía

La decisión de Anne

El sabor de las cerezas Cosas que importan Las invasiones bárbaras Million dollar baby Mar adentro  
Tapas Good La dama y la muerte No conoces a Jack ¿Muerte con dignidad? Del guión  de «Mar adentro»  

 Qué es y qué no es eutanasia

 Pablo Simón Lorda, médico de familia, e Inés M. Barrio, enfermera, son especialistas en bioética y autores de ¿Quién decidirá por mí? (Triacastela, 2004)

EL PAÍS. Opinión. 27-03-2005 

Si se pretende un debate ético crítico y sereno la palabra "eutanasia" debe ser usada con precisión

En los últimos meses los medios de comunicación de nuestro país se han hecho eco de diferentes acontecimientos etiquetados con frecuencia como "eutanasia". Así, a la polémica en torno a la película Mar adentro, que se inspira en el caso de Ramón Sampedro, ha seguido en la última semana el debate en torno a la aplicación de un protocolo de sedación paliativa por los médicos de Leganés (Madrid). También hemos tenido ocasión de contemplar la igualmente oscarizada película de Clint Eastwood Million dollar baby. Y en estos días vivimos de cerca las decisiones de los políticos, legisladores y jueces estadounidenses en torno al caso de Terri Schiavo, una enferma que lleva 15 años en "estado vegetativo permanente" a la que su representante legal desea retirar la alimentación e hidratación artificial y permitir morir.

Sin embargo, a pesar de que tanto los medios de comunicación, como los políticos, la Iglesia católica o incluso los profesionales utilicen el término "eutanasia" para referirse a ellos, lo cierto es que estos casos son muy diferentes. De hecho, salvo en el caso de la película de Clint Eastwood, en el que habría alguna duda, en ninguno de los otros tres citados debería utilizarse la palabra "eutanasia", si se quiere ser coherente con lo que la bioética moderna lleva años discutiendo y analizando. Otra cosa es que los cuatro casos planteen posibles conflictos éticos que deben ser valorados con sensatez y prudencia.

La palabra "eutanasia" tiene una fuerte carga emocional, como las palabras "cáncer" o "muerte". Por eso, si lo que se pretende es generar entre los ciudadanos un debate ético crítico y sereno debe ser utilizada con precisión. En cambio, si lo que se quiere es agitar a la opinión pública de uno u otro signo, jugar al oportunismo político, mantener el control ideológico, ganar audiencia o, simplemente, vender más, pues entonces no hay problema en que usemos la palabra "eutanasia" para todo. Pero entonces habremos perdido la oportunidad de que la ciudadanía de este país realice por fin un debate serio, abierto y plural sobre esta cuestión.

Etimológicamente la palabra "eutanasia" sólo significa "buena muerte". Históricamente este término se ha utilizado para describir actuaciones muy variadas en contenido, destinadas a facilitar la muerte del enfermo desahuciado. Habitualmente han sido prácticas realizadas por los médicos, pero no sólo ni siempre. Para tratar de facilitar la valoración moral de dichas prácticas variadas se le fueron añadiendo a la palabra eutanasia adjetivos como "activa o pasiva", "directa o indirecta", "positiva o negativa", que al final han generado una gran confusión.

La tendencia actual es restringir la palabra eutanasia a las acciones realizadas por un profesional sanitario a petición expresa y reiterada de un paciente que padece un sufrimiento derivado de una enfermedad incurable, que él vive como inaceptable, en las que existe un vínculo causal directo e inmediato entre la acción realizada y la muerte del paciente. El personaje interpretado por Clint Eastwood, al inyectar por vía endovenosa cantidades masivas de adrenalina hasta producir una parada cardiorrespiratoria a la protagonista, que se ha quedado tetrapléjica por un golpe de boxeo y le ha solicitado reiteradamente que la ayude a morir, parece realizar una acción plenamente eutanásica. Quizás lo único que desdibuja levemente lo que sucede es la poco lógica secuencia de los actos, que comienza por la desconexión del respirador de la protagonista, y que quizás pueda achacarse a la condición de no profesional sanitario del entrenador de boxeo interpretado por Eastwood.

En cualquier caso, cuando falta alguna de las condiciones antes expuestas, por ejemplo cuando no existe petición expresa del paciente, quizás el término más preciso a utilizar es "homicidio", con el atenuante de la "compasión" o la "piedad". El gran problema de la legalización de la eutanasia en Holanda es precisamente el de no haber conseguido eliminar los entre 800 a 1.000 casos anuales de muertes en las que la presunta "eutanasia" ha sido en realidad un homicidio por compasión sin petición expresa de los pacientes. Igualmente, si el que realiza la acción no es el profesional sanitario sino el propio paciente, pero aquel le proporciona conocimientos y medios para hacerla, entonces de lo que hablamos es de "suicidio médicamente asistido". Si en el caso de Ramón Sampedro hubiera participado un profesional de la salud, éste sería el término adecuado. En caso contrario hablamos simplemente de "suicidio" y "ayuda al suicidio".

Pero lo que resulta más importante es insistir en que en las demás situaciones antes mencionadas no es correcto utilizar el término "eutanasia". El caso de Terri Schiavo es un caso de lo que denominamos "limitación del esfuerzo terapéutico", es decir, la suspensión progresiva de tratamientos en los enfermos irrecuperables o con pronóstico infausto a corto plazo. Esto es una práctica médica común en todos los países del mundo, y responde a la necesidad ética de evitar que la tecnología médica acabe destruyendo la dignidad de las personas. Dejar morir a aquel al que la enfermedad ya ha vencido definitivamente, aunque nuestras máquinas retengan, o pudieran retener entre nosotros si se las pusiésemos, es hacer un ejercicio de humanidad. Bien es cierto que, de toda la tecnología médica, la que suscita más angustia a la hora de su retirada es la que tiene que ver con la alimentación y la hidratación artificial. Lo simbólico-cultural de paliar el hambre y la sed, y la carga moral que lleva adherido tal simbolismo, remueven emocionalmente de tal forma que hacen difícil el análisis ético sosegado. Si además, como en el caso de Terri Schiavo, no tenemos conocimiento preciso de lo que hubiera deseado la paciente en estos casos, como lo tendríamos de haber cumplimentado la paciente un testamento vital, pues la toma de decisiones es más compleja, con más incertidumbre, y por tanto más expuesta a la deriva emocional. En el caso Schiavo, tal situación la ha hecho fácil presa de la manipulación ideológica, religiosa y política.

Algo parecido puede decirse del caso de Leganés. En la sedación paliativa también es una barbaridad hablar alegremente, como se ha hecho, de "eutanasia". La sedación paliativa es una práctica médica que, si se hace conforme a los protocolos estandarizados, es, simple y llanamente, buena práctica clínica. Consiste en facilitar a los pacientes terminales en agonía que lo autoricen la posibilidad de recibir medicación que los duerma profundamente mientras esperan la muerte. Conviene, por tanto, llamar a las cosas por su nombre, porque lo que tenemos entre manos es algo muy valioso: se trata de aclarar las posibles formas en las que todos y cada uno, también quien lea este artículo, habremos de "bien-morir".

 

Viñeta de Romeu en «El País»


El mayor espectáculo del mundo. The greatest show on earth

EE.UU. 1952. 84 min. Color

Dirección: Cecil B. DeMille

Guión:  Fredric M. Frank, Theodore St. John, Barre Lyndon

Música: Victor Young

Sinopsis: Numerosas historias todas ellas con el espacio común del circo. El personaje protagonizado por James Stewart es un médico acusado del  homicidio de su esposa, con el fin de evitarle los sufrimientos de su enfmortal. Se protege con su disfraz de payaso y siempre aparece con la cara oculta.

Reparto: James Stewart, Cornel Wilde, Betty Hutton, Charlton Heston, Bing Crosby, Bob Hope, Dorothy Lamour

Premios: Oscar. Mejor argumento 1952, Mejor película 1952. Nominaciones: Oscar. Mejor director 1952

El público adoraba a James Stewart. Paradigma del americano medio, héroe de la Segunda Guerra Mundial y protagonista de algunos de los filmes más populares de la época, nadie más (o quizá menos) adecuado para dar la voz de alerta a un tema de permanente actualidad y polémica: el derecho a una vida digna. Maquillado como un payaso de circo (caracterización nada casual... el actor más querido dando vida al personaje más querido de la carpa) durante las más de dos horas y media de metraje, Stewart era un clown, al que en ningún momento se le ve sin maquillaje, con un terrible secreto del pasado: en su trabajo como médico ayudó a morir a su esposa, enferma terminal.




Johnny cogió su fusil . Johnny Got His Gun.

EE.UU. 1971. B/N

 Director: Dalton Trumbo.

Guión: Dalton Trumbo

Fotografía: Jules Brenner

Música: Jerry Fielding

Intérpretes: Don Barry, Timothy Bottoms, Craig Bovia, Brocco, Judy Howard Chaikin, Kendell Clarke, Eric Christmas, Robert Cole, Maurice Dallimore, Robert Easton, Kathy Fields, Larry Fleischman, Eduard Franz, Anthony Geary, Ed Gilbert, Donald Sutherland

Sinopsis:

El último día de la Primera Guerra Mundial, Joe resulta gravemente herido. En el hospital, sin brazos, ni piernas, sin poder ver, ni alimentarse normalmente, recibe la mejor atención médica. Sólo su consciencia funciona, lo que le permite enfrentarse al horror en que se ha convertido su vida. El joven empieza a reflexionar sobre su existencia, pero sobre todo piensa en su enfermera, que consigue que él pueda comunicarse. Gradualmente, se va consolidando un gran amor entre ambos. Una obra mayor, quizás irrepetible de Dalton Trumbo, sobre su propia novela.

 Premios: Gran premio del Jurado en el festival de Cannes de 1971

Nominada a los Globos de Oro 1972


La novela en la que se basa la película se publicó dos día antes de iniciarse la Segunda Guerra Mundial.

Es una película dura, antibelicista, que trata con crudeza el tema de la eutanasia, basada en la novela del mismo nombre y mismo director.

¿Qué es mejor? ¿Matar a Johnny o prolongar su tortura mientras se encuentra como un vegetal? ¿Es la mejor opción? ¿La menos mala? Indudablemente, sigue teniendo vida, sigue siendo un ser humano, sigue sufriendo. Pero ¿hasta qué punto es lícito mantener el dolor de un ser humano en favor de su derecho a la vida? ¿No es cruel en este caso?

El jefe del hospital le pregunta a través de su intérprete cuáles son sus deseos. ¡Qué pregunta! ¿Es que puede querer Johnny en estas condiciones otra cosa que la muerte? Pero de repente aquel medio cuerpo se agita... Ha tenido una idea: Podría ser entre la gente un testimonio vivo en contra de la guerra. Y dice:

«Quiero que me saquéis de aquí, que me llevéis por los caminos, que me exhibáis por esos circos... Y que la gente aplauda, silve, ría o llore, pero que se entere de que este muchacho de veinte años es un trozo de carne por haber cometido la torpeza de coger un fusil.»


Danzad, danzad, malditos. They Shoot Horses, Don't They


- ¿Por qué la has matado? -preguntó el policía que estaba sentado junto a mí.

- Ella me lo pidió.

- ¿Lo has oído, Ben?

-Es un chico muy servicial -dijo Ben por encima de su espalda.

-¿Ese es el único motivo que tenías? -preguntó el policía.

- ¿Acaso no matan a los caballos? -respondí.

(Fragmento final del libro ¿Acaso no matan a los caballos?, de Horace McCoy, en el que está basada la película Danzad, danzad malditos. )

EE.UU. 1969. 119 min. Color

Director: Sydney Pollack

Guión: James Poe y Robert E. Thompson (Novela: Horace McCoy)

Música: Johnny Green

Fotografía: Philip H. Lathrop

Reparto: Jane Fonda, Michael Sarrazin, Susannah York, Red Buttons, Gig Young, Michael Conrad, Bonnie Bedelia, Bruce Dern

Sinopsis:   Basada en una novela de Horace McCoy. Partiendo de una maratón de baile, lleva a cabo un duro, pero realista retrato de la sociedad americana en los años de la Gran Depresión. Un profundo análisis de la naturaleza del hombre entre las cuatro paredes de un salón de baile, lleno de personajes, en su mayoría desesperados. Una perfecta simplificación del universo humano.

Premios: 1969: 1 Oscar: mejor actor secundario (Gig Young). 9 Nominaciones. varios Globos de Oro.

En los últimos momentos del film, las mentes de los danzantes están tan interconectadas que la actitud de Gloria es rápidamente comprendida por Robert, que se presta a ayudarla cuando ella no tiene valor para dispararse en la sien. Pollack y McCoy comparan el acto de matar a una persona que está sufriendo con la acción de sacrificar a un caballo herido (mostrado en imágenes cuando muere Gloria).


Cuando el destino nos alcance. Soylent Green

EE.UU., 1973. 97 min. Colo

Director: Richard Fleischer

Guión: Stanley R. Greenberg sobre la novela Hagan sitio, hagan sitio de Harry Harrison

Música: Fred Myrow

Fotografía: Richard H. Kline

Intérpretes: Charlton Heston, Leigh Taylor-Young, Edward G. Robinson, Chuck Connors, Joseph Cotten, Brock Peters, Paula Kelly, Stephen Young, Mike Henry, Whit Bissell

 Sinopsis:

Nueva York, 2022: la población ha crecido hasta los cuarenta millones de habitantes, que viven en una gran miseria, hacinados sin la menor esperanza de progreso. Hace unas semanas ha aparecido un nuevo alimento sintético. El policía Thorn y el viejo Roth, superviviente de otra época, sospechan que hay algo raro.

La película reflexiona sobre varios temas, entre ellos la eutanasia, aunque el más importante sea la comida cuando en el mundo ya no hay matera prima de la que extraerla, si no fuera por la posibilidad de globalizar la eutanasia. Es emocionante la muerte programada de uno de los protagonistas mientras se le proyectan imágenes de naturaleza, amaneceres, animales... de un mundo definitivamente perdido. 


Mi vida es mía. Whose Life Is It Anyway?

EE.UU. 1981. 118 min. Color

Director: John Badham

Guión: Reginald Rose

Música: Arthur B. Rubinstein

Fotografía: Mario Tosi

Intérpretes: Richard Dreyfuss, John Cassavetes, Bob Balaban, Kenneth McMillan, Christine Lahti, Kaki Hunter

Es una película basada en la obra teatral del mismo título de Brian Clark.

Ken Harrison (Richard Dreyfuss) es un escultor que sufre un accidente de circulación muy grave. Queda paralizado en todo el cuerpo, de manera que sólo puede hablar. En el hospital dispone de una pequeña zona aislada, y todos los que le atienden simpatizan con él ya que es amable y tiene sentido del humor a pesar de su trágica situación. Con el tiempo Harrison llega a la determinación de que quiere morir, debido a que su vida carece de sentido. Deberá enfrentarse a los tribunales, ya que sólo ellos pueden autorizar a los médicos a dejarle salir del hospital, que para él equivale a la muerte ya que le dejan sin la ayuda necesaria para su supervivencia.


El sabor de las cerezas. Ta'm e guilass. Taste of cherry

Irán. 1997. 98 min.

Director: Abbas Kiarostami

Intérpretes: Homayoun Ershadi, Abdolhossein Bagheri y Afshin Bakhtiari.

Sinopsis: Un hombre busca un testigo de su propia muerte, quiere suicidarse y necesita a alguien que le ayude en su objetivo, alguien que le dé sepultura después de que se haya suicidado.En el tiempo que dura esa búsqueda, van apareciendo individuos que le recuerdan instintos, sentimientos, placeres, convicciones... por las que él ha vivido hasta ahora y por las que, tal vez, debería seguir adelante. Si consigue o no su propósito, ya es otra historia. Tras una trama livianísima, se susurra la trascendencia de la vida humana y el misterio de la libertad. Se trata de un ejercicio de cine puro, mucho menos sencillo y transparente de lo que parece.

Un film obsesivo de intensidad penetrante, una parábola engañosamente sencilla de la condición humana, contada con un incomparable sentido poético y lírico que recibió con todo merecimiento la Palma de Oro en el último festival de Cannes.

En esta película lo que importa es la reflexión sobre la vida y la muerte, la decisión de un hombre cansado de vivir en un mundo que no desea.

El film esquiva la más mínima exposición de las razones que hicieron que Badii decidiera suicidarse. Con lo que el público, inevitablemente, comenzará a imaginarlas por su lado. Y cuando queda en claro que nunca se sabrán los motivos, las especulaciones son reemplazadas por la intriga intelectual: lo evidente, de ahora en más, es que el film no expondrá las razones para aislar esa decisión. Para preguntar, y preguntarse, si se puede justificar el suicidio independientemente de las circunstancias que lo susciten. De algún modo Kiarostami está anticipando que, para él, el suicidio no puede justificarse jamás. El problema es el modo mediante el cual llega a dicha conclusión.


Cosas que importan. One true thing

1998. EEUU. 127 m.

Dirección: Carl Franklin

Guión: Karen Croner

Fotografía: Declan Quinn

Música: Cliff Eidelman

Montaje: Carole Kravetz

Intérpretes: Mery Streep (Kate), Renée Zellweger (Ellen), William Hurt (George), Tom Everett Scott (Brian), Lauren Graham (Jules)

Sinopsis: Basada en la novela de Anna Quindle, periodista del New York Times y ganadora del Premio Pulitzer.

Ellen Gulden es una ambiciosa periodista que tan sólo vive para su trabajo. Cuando un día recibe la noticia de que su madre está gravemente enferma, se ve en la obligación de regresar a su pueblo natal. La intensa convivencia con sus padres (Meryl Streep y William Hurt) le permitirá conocerlos a fondo, descubrir aspectos singulares de su pasado y madurar como persona.

El problema de la eutanasia está latente en el film, con referencias a ella y explícita petición de la madre, hasta el desarrollo final.

Mery Streep fue nominada al oscar como mejor actriz.



Las invasiones bárbaras. Les invasiones barbares

Canadá, Francia. 2003. 99 min.

Director: Denys Arcand

Guionista:  Denys Arcand

Fotografía: Guy Dufaux

Intérpretes: Rémy Girard, Séphane Rouseeau, Marie-Josée Croze, Marina Hands, Dorothée Berryman.

Sinopsis: Rémy, divorciado, 50 años y pico, está hospitalizado. Louise, su ex mujer, llama a Sébastien, el hijo de ambos, que vive en Londres. Sébastien se lo piensa; hace tiempo que él y su padre no tienen nada de que hablar. Por fin decide volver a Montreal para ayudar a su madre y apoyar moralmente a su padre.

 El director canadiense muestra en esta obra coral los beneficios del uso de los drogas con fines terapéuticos y de defender con firmeza y naturalidad una muerte digna para quienes así lo elijan, convirtiendo en un auténtico drama esta amarga comedia. La extraordinaria forma de narrar la etapa final del protagonista cubierta con dignidad, emotividad y hasta alegría, en un final en el que cada uno encuentra espacio para su propia reconciliación.

Oscar 2004 a la mejor película en lengua extranjera y Premio al mejor guión y Premio a la Mejor interpretación femenina de Cannes 2003.


 

Mar Adentro

España. 2004

Director: Alejandro Amenábar

Fotografía: Javier Aguirresarobe

Guión: Mateo Gil, Alejandro Amenábar

Música: Alejandro Amenábar

Producción: Fernando Bovaira, Alejandro Amenábar

 Intérpretes: Javier Bardem, Lola Dueñas, Belén Rueda, José Maria Pou, Mabel Rivera, Celso Bugallo, Clara Segura, Joan Dalmau, Alberto Jimenez, Tamar Novas, Francesc Garrido, Alberto Amarilla

Sinopsis: Basada en hechos reales, narra la historia de Ramón Sampedro, un hombre tetrapléjico que durante 25 años luchó para conseguir una muerte digna y cuyo caso desencadenó un gran debate social. Prohibida la eutanasia en España, Sampedro acudió varias veces a los tribunales expresando su deseo de morir legalmente, pero fue inútil. Ramón lleva casi treinta años postrado en una cama al cuidado de su familia. Su única ventana al mundo es la de su habitación, junto al mar por el que tanto viajó y donde sufrió el accidente que interrumpió su juventud. Desde entonces, su único deseo es terminar con su vida dignamente. Pero su mundo se ve alterado por la llegada de dos mujeres: Julia, la abogada que quiere apoyar su lucha y Rosa, una mujer del pueblo que intentará convencerle de que vivir merece la pena. La luminosa personalidad de Ramón termina por cautivar a ambas mujeres, que tendrán que cuestionar como nunca antes los principios con que rigen sus vidas. Ramón sabe que sólo la persona que de verdad le ame será la que le ayude a realizar ese último viaje.



¿Muerte con dignidad?. Secuencia fílmica de la película Mar adentro


(El Padre Francisco es un sacerdote que, en silla de ruedas, va a ver a Ramón Sanpedro para convencerle de que deponga su actitud de acabar con su vida)

Padre Francisco: Bueno chicos, vamos allá.

Marido de Manuela: ¡Que no cabe! Por aquí no cabe…

Manuela: Ramón dice que comprende la situación, pero que él no va a bajar.

Padre Francisco: Ya. Bueno, no importa. Hermano Andrés, venga, vete tú arriba, por favor ¿eh? y dile a Ramón lo siguiente, dile…

Hermano Andrés: …y, como estamos dentro de la eternidad, no nos pertenece la vida…entonces, claro, llevamos a un extremo ridículo el sentido burgués de la propiedad privada.

Ramón: (risas) ¡Pero si … pero si la iglesia fue siempre la primera en sacralizar la propiedad privada!

Hermano Andrés: Pero eso no se lo puedo decir…

Ramón: ¿Cómo que no?

Hermano Andrés: ¿Se lo digo? … libertad para elegir mis creencias… no… sus creencias … y decidir sobre su vida.

Padre Francisco:  Bueno pues tú dile que… (El hermano Andrés sube por la escalera musitando las palabras del Padre Francisco)

Ramón: ¿Por qué la Iglesia mantiene con tanta pasión esta postura de terror a la muerte? Porque él sabe que perdería gran parte de su clientela si la gente pierde el miedo al más allá.

Hermano Andrés: …Y le recuerda que según las encuestas, el 67% de los españoles están a favor de la eutanasia.

Padre Francisco: Muy bien, muy bien… Bueno pues tú dile que las cuestiones morales, no se resuelve mediante encuestas.

Hermano Andrés: (El hermano Andrés sube por la escalera musitando las palabras del Padre Francisco) …porque la mayoría del pueblo alemán también estaba a favor de Hitler.

Ramón:  ¿Ahora va y me compara con Hitler? (refunfuñando) …si pudiera bajaría…

Hermano Andrés: (repite las palabras de Ramón) Si pudiera bajaría…

Ramón: No eso no… Pregúntele qué tiene que ver Hitler con la magnesia y la gimnasia.

Hermano Andrés: (murmurando)… la magnesia con la gimnasia…

Ramón: No, espera… Padre Francisco ¿me oye usted?

Padre Francisco: Sí, le oigo, Ramón, le oigo.

Ramón: Pero ¿por qué mezcla el culo con las tetas? Espero que no haya venido aquí a hacer demagogia que de eso ustedes los jesuitas saben mucho.

Padre Francisco: No, claro que no. Pero ya que habla usted de demagogia, amigo Ramón ¿no le parece a usted que lo demagógico es decir «muerte con dignidad»? ¿Por qué no se deja de eufemismo y lo dice simple y llanamente, con toda su crudeza, «me quito la vida»?.Y ya está.

Ramón: No deja de sorprenderme que demuestre tanta sensibilidad ante mi vida, teniendo en cuenta que la institución que usted representa acepta el día de hoy nada menos que la pena de muerte y ha condenado durante siglos a la hoguera a los que no pensaban correctamente.

Padre Francisco: Ahora el que está haciendo demagogia es usted.

Ramón: Sí claro, pero dejándonos de eufemismos, como usted dice, eso el lo que habrían hecho conmigo ¿no? quemarme vivo, quemarme por defender mi libertad.

Padre Francisco: Amigo Ramón…

Ramón: Amigo dice…

Padre Francisco: Amigo Ramón, una libertad que elimina la vida no es libertad.

Ramón: ¡Y una vida que elimina la libertad tampoco es vida! Y no me llame amigo. Y déjeme en paz, hombre.

 

 


Million dollar baby

Ver: «Million Dollar Baby (2004) y los cuidados paliativos», de José Elías García Sánchez, Enrique García Sánchez y María Lucila Merino Marcos

EE.UU.  2004. 137 min.

Director. Clint Eastwood

Guión: Paul Haggis; basado en relatos recogidos en "Rope burns" de F.X. Toole.

Producción: Clint Eastwood, Albert S. Ruddy, Tom Rosenberg y Paul Haggis.

Música: Clint Eastwood.

Fotografía: Tom Stern.

Montaje: Joel Cox.

Intérpretes: Clint Eastwood (Frankie Dunn), Hilary Swank (Maggie), Morgan Freeman (Eddie Scrap-Iron Dupris), Jay Baruchel (Danger Barch), Mike Colter (Big Willie Little), Lucia Rijker (Billie), Brian O'Byrne (Padre Horvak), Anthony Mackie (Shawrelle Berry), Margo Martindale (Earline Fitzgerald), Riki Lindhome (Mardell), Michael Peña (Omar), Bruce McVittie (Mickey Mack).

Sinopsis. Frankie Dunn (Clint Eastwood) ha entrenado y representado a los mejores púgiles durante su dilatada carrera en los cuadriláteros. La lección más importante que ha enseñado a sus boxeadores es el lema que guía su propia vida: por encima de todo, protégete primero a ti mismo. Tras una dolorosa separación de su hija, Frankie ha sido incapaz durante mucho tiempo de acercarse a otra persona. Su único amigo es Scrap (Morgan Freeman), un exboxeador que cuida del gimnasio.  Maggie Fitzgerald (Hilary Swank) aparece un día en su gimnasio. Mag-gie lo que desea es a alguien que crea en ella.  Frankie acepta a regañadientes entrenarla. Inspirándose y exasperándose mutuamente según les va el día, ambos van descubriendo que comparten un espíritu que trasciende el dolor y las pérdidas de su pasado, y encuentran el uno en el otro ese sentimiento de familia que perdieron hace mucho tiempo. Lo que no saben es que pronto tendrán que afrontar una batalla que exigirá más esfuerzo y coraje que ninguna otra que hayan conocido.

Premios. Cuatro Oscar de los siete a los que aspiraba (mejor película, mejor dirección, mejor actriz y mejor secundario).

El duro desenlace, con unos personajes que sufren el conflicto de conciencia ante la muerte, y que se acercan al abismo que les espera si traicionan sus convicciones, respira auténtico respeto y sensibilidad ante el dolor y quien lo sufre, y se percibe sinceridad en su director al plantear la duda moral entre un pretendido “derecho a morir” y la licitud al dejar de poner medios extraordinarios para mantener la vida.



Tapas

Director: José Corbacho y Juan Cruz

2005. España.

Música: Pablo Sala

Fotografia: Guillermo Granillo

Productor: Julio Fernández y Luisa Matienzo

Guion: José Corbacho y Juan Cruz

Reparto: Ángel de Andrés López (Lolo), Anna Barrachina (Águeda), Alberto de Mendoza (Don Mariano), María Galiana (Doña Conchi), Elvira Mínguez (Raquel), Amparo Moreno (Rosalía), Rubén Ochandiano (César), Rosario Pardo (Carmela), Darío Paso (Opo)

 Sinopsis: Cinco historias se entrelazan en un barrio de la gran ciudad. Cinco mundos unidos en el día a día, con el bar, los comercios y el mercado como punto neurálgico, y que nos muestran sus inquietudes, miedos, esperanzas y sueños.

El miedo a la enfermedad o la soledad de Mariano y Conchi, dos jubilados del barrio; la esperanza y tristeza de Raquel, mujer de mediana edad que vive su amor vía internet; la incertidumbre del futuro de César y Opo, dos jóvenes que trabajan en el supermercado del barrio y que preparan sus vacaciones; o el descubrimiento por parte de Lolo de que hay algo más que su bar a través de su relación con Mao, su nuevo cocinero, nos conducen a través de la vida de un barrio de trabajadores en un guión lleno de ternura, comedia y amargura.

El tema de la eutanasia, en una las historias, la de Mariano y Conchi, los jubilados del barrio


Good


2008. Países: Reino Unido y Alemania. 96 min.

Dirección: Vicente Amorim

Guión: John Wrathall; basado en la obra de C.P. Taylor, dramaturgo nacido en Glasgow en 1929.

Producción: Miriam Segal, Sarah Boote, Kevin Loader, Dan Lupovitz y Billy Dietrich.

Música: Simon Lacey.

Fotografía: Andrew Dunn.

Montaje: John Wilson.

Interpretación: Viggo Mortensen (John Halder), Jason Isaacs (Maurice), Jodie Whittaker (Anne), Mark Strong (Bouhler), Steven Mackintosh (Freddie), Gemma Jones (madre de Halder), Anastasia Hille (Helen), Ruth Gemmell (Elisabeth), David de Keyser (Mandelstam).

Sinopsis: En plena Alemania nazi, John Halder, mediocre profesor de Literatura, recibe el encargo de escribir una novela en la que explora sus circunstancias familiares y defiende la eutanasia. Varios políticos usan el libro para apoyar la propaganda gubernamental, y la carrera de Halder como escritor despega. Un hombre bienintencionado pero débil de carácter que, en un proceso no buscado pero por el que se deja llevar, sustituye el dominio que sobre él ejercen su esposa y su madre por el de su joven amante y, sobre todo, el partido nazi y las SS, de las que termina formando parte como una especie de «legitimador ético». El film se fija en aquellos que componían la gran masa, que nunca fueron en vanguardia ni jugaron al juego político, pero terminaron apoyando y respaldando la maquinaria asesina de la represión y los campos de exterminio.


La dama y la muerte


España. 2009. 7 min.

Director: Javier Recio Gracia

Es un cortometraje de humos negro a ritmo trepidante, en el que se relata la disputa, entre la guadaña y un médico engreído, por la vida de una anciana.

El filme, revestido de comedia, cuenta la historia de una anciana que vive sola en su granja, esperando la llegada de la muerte para poder reencontrarse con su marido muerto. Una noche se desvanece mientras duerme y recibe la visita de la muerte (bastante patosa) que la invita a cruzar el umbral. Pero, cuando está a punto de hacerlo, despierta en la sala de urgencias de un hospital rodeada de personal sanitario. Un médico arrogante y conquistador la ha traído de vuelta a la vida, tras hacer lo imposible -lo cual incluye el ensañamiento terapéutico- y librará una pelea con la muerte para recuperar la vida de la anciana.


No conoces a Jack


No conoces a Jack. You Don't Know Jack

2010. EEUU. 134 min.

Director. Barry Levinson

Guión. Adam Mazer (a partir de la novela de Neal Nicol y Harry Wylie)

Música. Marcelo Zarvos

Reparto. Al Pacino (Dr. Kevorkian), Danny Huston, John Goodman (Neal Nicol, amigo de Jack, y autor del libro homónimo y co-autor del guión de este film), Brenda Vaccaro, Susan Sarandon (la activista Janet Good, quien influyó positivamente en el doctor), Cotter Smith, James Urbaniak, Eric Lange

Sinopsis. Biopic del doctor Jack Kevorkian, más conocido como «Doctor Muerte», médico anátomo-patólogo, de ascendencia Armenia, un adalid de los derechos a morir con dignidad, en pacientes terminales. Desde principios de los años 90 hasta hoy, fue la principal figura pública en el debate sobre la eutanasia. Al mismo tiempo que se implicó en más de 130 casos de suicido asistido, Kevorkian protagonizó un frenesí mediático con interminables batallas legales en las que defendía el derecho a morir de sus pacientes.

Premios: 2010: 2 premios Emmy: Actor, Guión. 13 nominaciones incluyendo Mejor TV-movie.


La decisión de Anne. Sister's Keeper


EEUU. 2009. 106 min.

Director. Nick Cassavetes

Guión. Jeremy Leven, Nick Cassavetes (Novela: Jodi Picoult)

Música. Aaron Zigman

Fotografía. Caleb Deschanel

Reparto. Cameron Diaz, Alec Baldwin, Abigail Breslin, Joan Cusack, Jason Patric, Thomas Dekker, Elizabeth Daily, Sofia Vassilieva, Evan Ellingson, Nicole Marie Lenz

Sinopsis. La vida de Sara (Cameron Diaz) y Brian Fitzgerald (Jason Patric) cambia radicalmente cuando a su hija Kate (Vassilieva), de sólo dos años, le diagnostican una leucemia. Inmediatamente, Sara abandona su carrera de abogado para dedicarse por entero al cuidado de su hija. Su única esperanza para salvarla es tener otro hijo. La ingeniería genética es un campo que plantea aún cuestiones morales muy espinosas, pero para los Fitzgerald es la única opción. Así es cómo nace Anne (Breslin), y entre ella y Kate se establece una relación mucho más profunda de lo normal, sobre todo porque ambas tendrán que someterse a diversos tratamientos médicos y compartirán largas estancias en el hospital. En tales circunstancias, Jesse, el único hijo varón de la familia, queda relegado a un segundo plano. Sin embargo, cuando Anne cumple once años toma la decisión de emanciparse médicamente y, para ello, contrata a un abogado (Baldwin) que inicia un proceso legal que divide a la familia y deja la vida de Kate en manos del destino.

La razón de que esta película la traiga a un debate sobre eutanasia es porque la película estable en tema en estructura argumenta. Se descubre al final de la película que Anne toma la decisión de ponerse en manos de un abogado con la ayuda de sus dos hermanos, el mayor, Jesse, y la niña enferma, que desea morir. Lo hacen así para hacer entender a la madre, que debe dejar sus obsesiones y obcecaciones y comprender la evidencia: su hija se muere y no hay razón para implicar a toda la familia en una salvación imposible.

© Enrique Martínez-Salanova Sánchez