Jacques-Yves Cousteau

explorador y cineasta

©Enrique Martínez-Salanova Sánchez

VOLVER A «FIGURAS DE CINE»


El puntero de don Honorato/Bibliografía/Lecturas de cine/Glosario de cine


Jacques-Yves Cousteau, científico, explorador y defensor de los mares


Nadie despertó tanto entusiasmo por el mundo submarino como Jacques-Yves Cousteau con sus documentales. No fue solo un pionero de la investigación marina, sino también un inventor.

A Cousteau le gustaba definirse como un «técnico oceanográfico». Era en realidad un sofisticado director y amante de la naturaleza. Su trabajo le ha permitido a mucha gente explorar los recursos del «continente azul». Su trabajo también creó una nueva forma de comunicación científica, criticada en su momento por algunos científicos. El así llamado «divulgacionismo», una forma simple de compartir conceptos científicos con las masas de espectadores fue luego empleado en otras disciplinas y llegó a ser una de las características más importantes de la televisión moderna.


Hablo de Cousteau

Jacques-Yves Cousteau, nuestra infancia


Cuando aún apenas se iniciaba la televisión en España y, por supuesto, no la teníamos en nuestras casas, vi en el cine El Mundo del Silencio (1956), el primer largometraje de Cousteau, pionera de su tiempo como documental submarino. Yo me quedé subyugado por aquello, y mis años de "voyeur "de fondos marinos, con gafas y tubo para respirar, o con bombona, eran una continuación de la película de Cousteau. También se consolidaron ahí mis aficiones por los acuarios.

Cuando ya se instaló la televisión en nuestros domicilios, Cousteau fue de nuevo clave en introducir en nuestra cultura y aprendizaje a visión de los fondos marinos y la necesidad de conservarlos.

De verdad que lo agradezco a esta personalidad de la biología, el mar y la conservación de la naturaleza.


Biofilmografía


Antes del comandante Cousteau, no se conocía más que la superficie del océano y sus profundidades constituían un mundo desconocido y amenazador. Es uno de los franceses más conocidos del mundo. Gracias a sus inventos, su pasión por el mar, los viajes y el cine su dominio del mundo de los medios de comunicación y un agudo sentido de los negocios, Jacques-Yves Costeau ha hecho que centenas de millones de personas descubrieran el mundo del silencio a través de numerosas películas y libros. En su haber está también lograr que muchos países del globo se preocupen por la ecología, la protección de la Tierra, de los océanos y de las especies vivas.

Nació en 1910 cerca de Burdeos. Descubrió los viajes gracias a su padre, que llevó a la familia a pasar un año en Nueva York cuando Jacques-Yves tenía diez años. Desde los trece años se apasionó por el cine amateur. Descubrió el mar en Marsella donde se instaló su familia y en la Escuela Naval de Brest como oficial de marina en el Jeanne d'Arc, buque escuela de la Marina Nacional. Durante la guerra, en la guarnición de Toulon, ocupaba su tiempo libre rodando con su cámara metida en un frasco, restos de barco y los magníficos fondos marinos de un mar Mediterráneo aún no contaminado.

En aquel entonces sólo se conocían, para bucear, las pesadas escafandras unidas por un tubo de aire a la superficie, demasiado complicado para Cousteau, que soñaba con una escafandra autónoma. En 1943 construyó, junto con el ingeniero Emile Gagnan, inventor de un descompresor para vehículos de gasógeno, el equipo de respiración submarina basado en aire comprimido contenido en una botella. La patente del "Aqua-Lung" (en inglés, pulmón acuático), y los derechos de fabricación del aparato por parte de la empresa Aqualung, que sigue siendo hoy número uno del mercado de equipos de buceo, hicieron la fortuna de los dos hombres.

A partir de entonces, Cousteau buceó por todo el mundo con ayuda de su invento, filmando restos de la guerra para la Marina o restos arqueológicos por puro placer de arqueólogo aficionado y se entusiasmó por la oceanografía. En 1950 lord Guinness, un mecenas inglés, compró para él un antiguo dragaminas británico, que transformó en un navío oceanográfico, el Calypso, protagonista desde entonces de las aventuras del comandante Cousteau.

Inventó el buceo autónomo, hizo significativos aportes al desarrollo de las cámaras submarinas y ha dado a conocer al mundo entero la vida exuberante y silenciosa de los océanos que surcó durante cuarenta años. Miembro de la Academia Francesa, autor de decenas de libros y películas -entre ellas El Mundo del Silencio, Palma de Oro de Cannes en 1956-, era además un defensor acérrimo del planeta y de la ecología. Falleció el 25 de junio de 1997 a la edad de ochenta y siete años.

Su primera película El Mundo del Silencio (1956), fue la pionera de su tiempo como documental submarino, a todo color y reflejando el universo de luz, movimiento y silencio que solamente se puede apreciar en las profundidades. Rico y famoso, el explorador del mundo submarino dimitió de la Marina con el grado de capitán de corbeta y se consagró a las campañas a bordo del Calypso.

La gran contribución de Cousteau a la ciencia oceanográfica se inició con el diseño del "aqualung" o escafandra autónoma, pero su investigación no quedó ahí, dedicándose hasta el final de su vida a la investigación cinematográfica, a partir de la cual surgió la mayor parte del material fotográfico que su equipo produjo a través de más de cincuenta años de experiencia. La mayor producción fotográfica del comandante proviene de las películas submarinas rodadas desde sus primeras inmersiones hasta el advenimiento de la banda magnética. De su mano quedaron para el patrimonio de la humanidad miles de kilómetros filmados, decenas de libros, enciclopedias, y la herencia de una vida dedicada a la defensa del planeta. 


© Enrique Martínez-Salanova Sánchez