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¿Cómo hacer uso de las nuevas tecnologías en la escuela?

De la individualidad  a la solidaridad

 

© Enrique Martínez-Salanova Sánchez


El puntero de don Honorato/Bibliografía

 

 Los medios de comunicación se convierten en el objeto, que nos seduce, como dice Baudrillard, por su indiferencia, mientras que el sujeto es, o debiera ser, libre, autónomo, responsable, diferente. El objeto es el cristal, la ventana por la que entramos en la sociedad de consumo, cerrados a apreciar la realidad manipulada, cayendo en la indiferencia, en la irresponsabilidad y en el sentido de falta de capacidad reflexiva.

En el espejo-pantalla, nos vemos a nosotros mismos, interpretando con criterios propios la ‘realidad’ que se nos presenta. Las imágenes, ya sean en directo o diferido, para el espectador siempre son en tiempo directo, en ese momento, con la circunstancia agravante de que nuestra interpretación es la de ese instante, la de nuestro estado de ánimo actual; no comparamos, ni cotejamos las propias reflexiones, ni con las nuestras en otro momento, ni mucho menos con las de otros.

 

El calidoscopio mediático, la parcelación de la información y la visión global

Marshall McLuhan afirma que los medios de comunicación actuales tienen estructura de mosaico, más que lineal como los anteriores, sobre todo comparados con el libro impreso. Los periódicos poseen un sinfín de información, de opciones, de publicidad, de fotografías y gráficos, de entretenimientos, que se presentan en espacios y tiempos muy reducidos, todo a la vista, como en un escaparate, en una sola página. La velocidad a la que trabaja Internet o el mando a distancia de la televisión hacen el mismo efecto calidoscópico. Estas suertes de mirar han estimulado formas de pensar-mosaico (Murray 1999). Nadie las ha cuestionado y casi nadie las ha investigado. Son dadas por hechas, sin más, ya que asimilamos información múltiple de una sola mirada. Aunque Murray lo trabaja el tema en relación con la narrativa, no podemos olvidar que el cine o el cómic, narrativas visuales, intercalan infinidad de procesos en uno, en mosaico, volviendo atrás (flash-back), ralentizando, mezclando situaciones e imágenes, diversificando los fundidos y saltos de acción, etc.

El pasar de un lado a otro, la facilidad de entrar en escenarios, tiempos, épocas, lugares diferentes en poco tiempo nos obliga a percibir y pensar de forma diferente. También puede dar lugar a trastocar o confundir los hechos, pues la información de lo que sucede, el contraste de opiniones, se aprecia de forma muy rápida. Hace poco tiempo, en televisión veíamos las noticias en las que un pueblo, El Ejido, o parte de él, se revolvía de manera violenta contra los magrebíes, en razón de varios hechos sangrientos que personas nativas de esos lugares habían perpetrado. Vimos las noticias en todos los telediarios que pudimos, apreciando las grandes diferencias al dar la noticia, las imágenes recogidas, el modo y tiempo de tratamiento de la información. Un grupo neonazi había, incluso, creado una página Web para que sus huestes acudieran a ‘matar moros’. Por las noches, en programas debate de la tele, en los que prima el morbo y la exaltación de las intervenciones, los contertulios pudieron expresarse sin que nadie oyera a nadie. En los mismos días, nativos celtíberos habían perpetrado hechos tan sangrientos o más, y no se levantaron las masas. El calidoscopio. Con sus más y sus menos, sus pros y sus contras. El mosaico de iconos y opiniones que se perciben da información, pero hay que cribarla, analizarla, unir a otras fuentes de información y de opinión, y al final, personal y colectivamente tomar partido, optar, asegurar la propia reflexión y actuar en consecuencia.

Uno de los grandes problemas de la visión-mosaico es que nos fijamos predominantemente en elementos minúsculos, cuando nuestra mente está preparada para apreciar globalmente; vemos partes, cuando podemos acceder a la totalidad. Ninguna situación se da por que sí, ni queda sin relacionar con su entorno. Hay quien culpa de todos los problemas sociales a la globalización. Puede ser que ahí esté la raíz, pero no necesariamente es la causa. Los que cuestionan la globalización, lo hacen siempre desde el punto de vista del dominio económico, pero es innegable que el mundo ya era un pañuelo antes de la mundialización de la economía. La ‘aldea global’ de McLuhan lo explica relativamente. Los nuevos movimientos ‘antisistema’ son necesarios para el debate mundial, pero la solución de los problemas de hambre, guerra, violencia o discriminación radica en el mismo sistema.

 

Nuevas formas de narrar crean nuevas formas de percibir y nuevas formas de pensar

La narración mosaico, producto de la era digital, engendra un acercamiento ficticio entre lo que se percibe y la realidad. Vemos, oímos, sentimos, realidades que no están cercanas ni en el tiempo ni en el espacio. Este fenómeno, presente ya en los medios electrónicos, se agudiza en la era digital. Podemos percibir imágenes sin distancia de tiempo, en directo, pero a miles de kilómetros –o años luz- de distancia en el espacio. Esta situación nos crea ambivalencia, esquizofrenia, desorientación, y en la mayoría de las ocasiones, indiferencia. Podemos compatibilizar la congelación de imágenes, producto de nuestras experiencias ante los medios, que el cerebro produce inconscientemente y la percepción-mosaico, multi-icónica. Ambas percepciones pueden considerarse como complementarias siempre que nos permitan ser al mismo tiempo perceptores de detalles e integrarlos globalmente al acervo cultural. La solidaridad, el respeto, sentir lo que sienten los otros, decidir posiciones ideológicas, son productos elaborados del pensamiento y de la voluntad, que dependen cada día más de la percepción-mosaico que provocan los medios de comunicación. Dicho de otra manera: las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación tienen una gran responsabilidad en la educación selectiva de los valores. ¿Seremos capaces de educar para convertir la percepción múltiple en un pensamiento integrado?.

 

La diversidad cultural, la cocacola y el cine norteamericano

Ciertos axiomas, ya repetidos, pero que es conveniente recordar: No hay culturas idénticas; no hay una cultura mejor que otra; no significa democratizar la cultura el que esté Internet al acceso de todos; la globalización es un hecho, aunque existen detractores y defensores de su aplicación real.

Luchar por una igualdad de derechos o de oportunidades no puede ser sinónimo de destrucción de culturas. La cocacolonización, (Sequeiros 1997), la vivimos en nuestra infancia por defecto, es decir, ansiando aquello que veíamos en las películas. Llegó la cocacola al mismo tiempo que la colonización norteamericana, el tabaco rubio, los vaqueros, etc... No hay que demonizar productos, sino tal vez detenerse a pensar en la situación del colonizado. Lo que gana y lo que pierde, lo que pierde y lo que gana. O el pago que debe hacerse por acceder a determinados bienes. La igualdad de acceso a los productos no significa igualdad de oportunidades. Muchas veces los productos son virtuales, construidos a imagen de los que detentan el poder, económico y mediático. Son productos que no se tocan, ni se comen, pero que se integran inconscientemente en una ideología cada vez más homogénea.

 

La ciencia, la conciencia, el puzzle de los medios y la defensa del planeta

Hace unos veinte años, estábamos convencidos, y así lo avalaban investigaciones de grupos de profesionales, que en el año 2.000, prácticamente, el papel desaparecería de las oficinas, de la comunicación, del correo. Es cierto que muchas de nuestras cartas son digitales, que gran parte de la información se traslada por las redes telemáticas... pero ¿y nuestros buzones? ¿Y la administración, que exige cada vez más papeleo?. En contra de las previsiones científicas, que auguraban un beneficio para la especie humana y para alegría de bosques, naturalistas y ecologistas, cada día se cortan más árboles, se fabrica más papel. La informática ha beneficiado en ello a los inconscientes e irresponsables, a los que facilitan el acceso a bases de datos, lo que permite personalizar mejor las cartas, los mailings, las cuentas y extractos bancarios... Mientras podemos acceder a nuestros datos simplemente estando conectados a la red, al mismo tiempo toda la información se envía por correo, en el que se incluye reiterada publicidad, y lo que podía ser una línea de texto en una pantalla, se convierte en un sobre con varias hojas de papel. ¿Vamos a peor? Estamos siempre rondando la idea del ‘pecho rico, pecho pobre’. La conciencia que provoca en la humanidad el desarrollo tecnológico pide a gritos la génesis de una nueva ética, el consenso en la utilización equilibrada de los medios, entre ellos los de comunicación, para desarrollar de verdad un mundo en armonía, equilibrado y solidario. Como ya citamos en otra ocasión, «es preciso impulsar el diálogo entre las culturas, resistirse a que la homogeneización (Cebrián 1998) sea el resultado de la victoria de unas civilizaciones sobre otras».

 

De nuevo las piezas del puzzle, el subconsciente y una nueva ética de cooperación

Las imágenes, como las opiniones y las modas, penetran directamente en el subconsciente, sin intermediarios, profesor, padres ni animadores. Un lenguaje, para que redunde eficaz y libremente en beneficio de una cultura, debe tener vuelta atrás, evitar ser lineal, promover el feedback. La nueva tecnología permite la retroacción de los sistemas, aunque en la mayoría de los casos no se valora y se utiliza escasamente. Los realizadores de radio, televisión, cine o juegos informáticos, analizan el gancho que va a permitir que el usuario se conecte mentalmente, inconsciente y afectivamente, a su producto. Normalmente la conexión afectiva es subconsciente (Babin). Los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad en la emisión de sus mensajes a la hora de crear cultura. Una cultura racista, o antirracista, no se crea solamente dando mensajes directos. La forma de encarar los temas, las imágenes elegidas, la profusión o carencia de mensajes, pueden servir en el marco de la cultura-mosaico, para engendrar unas u otras actitudes. El término raza, por ejemplo, tan utilizado por los medios, no se sustenta científicamente, aunque no lo podemos evitar en el lenguaje popular. Los medios podrían utilizar otra terminología, especie humana, etnia diferente, y sobre todo otros puntos de vista.

Las masas exacerbadas de El Ejido se lanzaban igualmente contra los magrebíes que contra los periodistas, como todo fanático. Sin embargo la comunicación no siempre es científica, el lenguaje de los medios de comunicación es pobre, limitado, y a veces sesgado y parcial, los mensajes son, con frecuencia, limitados y sensacionalistas. La cultura mosaico, puede entresacar uno a uno los elementos del puzzle, tanto para analizarlos como para perder la visión global y todas las relaciones con los demás elementos. Una imagen de la pobreza, de la inadaptación, de la guerra, no es nada si no se relaciona con el resto del puzzle: relaciones internacionales, colonización, barbarie, genocidio, racismo, tolerancia, educación, etc. Acceder a la síntesis creativas es aglutinar los elementos del rompecabezas. Es la opción personal y social la que afectivamente los aglutina, la actividad de las acciones la que los hace eficaces, y la intervención de la sociedad la que puede solucionar los problemas.

 

El mosaico digital, el mosaico cultural, el mosaico étnico, el mestizaje y la solidaridad

En la antigüedad era el rumor el vehículo más rápido de comunicación. Los rumores no confirmados, interesados, creados con maldad, han sido causantes de desmanes, linchamientos y matanzas de inocentes, porque los rumores corren que vuelan. Hoy, los medios informativos, son más rápidos aún, pero pueden ser igualmente peligrosos, sin confirmar, e interesados.

Una pregunta y una reflexión que nos hacemos: ¿Por qué los radioaficionados, en general, utilizan sus equipos y conocimientos para ayuda de personas en situación de necesidad, y gracias a ellos se han salvado muchas vidas? Además, hacen gala de ello. ¿Por qué los navegantes de Internet, salvo excepciones, viven su vida, chatean disimulando edad, sexo y condición, se convierten en seres individuales, cuando tienen en su poder la mayor fuerza comunicativa que ha existido desde el comienzo de los tiempos?. Es cierto que hemos participado en cadenas de solidaridad a través de las redes; en ellas hemos manifestado nuestro pensamiento, contrario a la tortura, al maltrato a la mujer, a la pena de muerte... Es un desafío para el futuro, el que la televisión, los medios de comunicación en general, y las redes telemáticas en particular, pongan su capacidad de acceso vertiginoso a millones de usuarios, su fuerza publicitaria y su estructura sináptica, al servicio de la salvación del planeta, de la igualdad entre los pueblos, de la defensa de la libertad, de la ideología solidaria...

La cultura digital, decíamos más arriba, es producto del pensamiento provocado por una percepción-mosaico. Los antropólogos, los educadores, los pensadores, reivindicamos igualmente una cultura mosaico interétnica. Valoramos y defendemos el mestizaje, tanto biológico como cultural. Además y en clave de humor, ¿quién, a pesar de poder acreditar biológicamente su ‘raza pura’, (¡ya es difícil, ya!), puede demostrar que no ha tenido un antepasado truhán o pirata, o explotador, o emigrante, o pobre, o esclavo?.

 

«El mero hecho de ver la televisión se desprecia como inferior por necesidad a la actividad de la lectura, independientemente de los contenidos. Pero la belleza narrativa no depende del medio. La narrativa oral, las historias ilustradas, los teatros, las novelas, las películas y los programas de televisión pueden oscilar todos entre lo pobre y sensacionalista y lo maravilloso y revelador. Necesitamos todas las formas de expresión disponibles y todas las que podamos aprender para entender quiénes somos y qué estamos haciendo aquí.» Janet H. Murray.

 

© Enrique Martínez-Salanova Sánchez