El celuloide en el cine

Soporte tradicional de las películas cinematográficas

© Enrique Martínez-Salanova Sánchez

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El puntero de don Honorato/Bibliografía/Lecturas de cine/Glosario de cine


Película Deterioro y Conservación Restauración

La película

La película de cine. Celuloides y acetatos


Una película de cine es un soporte flexible recubierto de una capa de emulsión fotosensible llamada «gelatina». Es el resultado de una larga historia de descubrimientos y experimentos que comienza a mediados del siglo XIX, casi medio siglo antes de su utilización por Thomas A. Edison para su Kinetoscopio, el antepasado del cine.

El celuloide es el nombre comercial de un material plástico de nitrato de celulosa, que se obtiene usando alcanfor y nitrocelulosa, con añadidos de tintes y otros agentes. Generalmente se considera el primer material termoplástico, creado por primera vez como Parkesina en 1856​ y, como «Xylonite» en 1869, antes de ser registrado como «celuloide» en 1870. Su composición se mejoró gradualmente para finalmente hacer que fuese fácil de moldear y producir. Su invención se atribuye a menudo a los hermanos Hyatt en 1870. El celuloide es fácilmente moldeable y conformable, y fue utilizado por primera vez ampliamente como sustituto del marfil.

El principal uso fue en las industrias del cine y la fotografía, que utilizaron únicamente películas de celuloide antes de que las películas de acetato fueran introducidas en la década de 1950. El celuloide es altamente inflamable, difícil y costoso de producir y ya no se utiliza ampliamente, aunque sus usos más comunes hoy en día están en la fabricación de las pelotas de tenis de mesa, en instrumentos musicales y púas de guitarra.

Según afirman Antonio Bereijo Martínez y Juan José Fuentes Romero en “Los soportes fílmicos, magnéticos y ópticos desde la perspectiva de la conservación de materiales”(2001) “con la invención del celuloide o nitrato de celulosa comienza la historia del soporte material cinematográfico.”

Scorsese, Tarantino o Aronofsky plantean que “los rollos de celuloide son algo vivo. Se degradan, se expanden y contraen, mutan a lo largo del tiempo según las condiciones en que se conservan. Como tales, tienen aspecto vivo. Un negativo de 1979 tendrá en la actualidad signos de deterioro o de uso, tanto en la imagen como en el sonido. Pero, en muchos sentidos, esas imperfecciones son un argumento a su favor”. Lo comparan con el vinilo, con esa sensación que incluye elementos de autenticidad y nostalgia, el material digital se presenta como demasiado pulido y aséptico, pero como dicen ellos, sin alma.

Fuego en los laboratorios de película Hendersons



Soportes de película


De https://csdehesa.wordpress.com/2016/05/18/soportes-de-pelicula/

 

La función del soporte es proporcionar las características necesarias para que la capa sensible pueda usarse durante el registro y reproducción de la misma.

Para que un material pueda desarrollar correctamente esta función, Alfonso del Amo recoge en su texto Clasificar para Preservar una serie de cualidades mecánicas y ópticas que debe tener: estabilidad dimensional, resistencia mecánica, rigidez, flexibilidad, transparencia, incoloro, índice de refracción determinado.

Una vez comprendido cómo tiene que ser el soporte, entendemos que tuvieran que recurrir a los plásticos para su desarrollo, puesto que los soporte que se estaban utilizando en fotografía o no eran totalmente transparentes (papel) o no eran flexibles (vidrio).

La evolución de los soportes plásticos en la cinematografía va unido al desarrollo de la industria de los plásticos. Los siguientes son los soportes estandarizados a lo largo de la historia:

NITRATO DE CELULOSA PLASTIFICADO: denominado comercialmente CELULOIDE, se comenzó su fabricación industrial en 1872. Se usó alcanfor como plastificante. Lo inventó en 1887  Hannibal Goodwin, es el soporte de nitrato de celulosa, también llamado «película-llama». En 1889 George Eastman lo comenzó a usar en la fabricación de cinta como soporte para película fotográfica, y después para las películas del Kinetoscopio de Edison. En 1951 Eastman Kodak suspendió su fabricación y en una década se abandonó su uso como soporte cinematográfico en todo el mundo. El soporte de nitrato planteó numerosos problemas tanto para su conservación como para su uso operacional, hasta su retirada oficial en favor del formato 35mm hacia 1953. Es muy peligroso de manipular debido a uno de sus componentes: la «nitrocelulosa» que también entraba en la composición de los explosivos como el TNT (el Trinitrotolueno). Se descompone de forma irremediable; primero se vuelve quebradizo, luego la emulsión vira al ocre, la película se encoge (se habla entonces de «retracción»), lo que puede ocasionar graves problemas para duplicarlo (es decir, hacer una copia del mismo). Se vuelve seco, pegajoso y quebradizo y al final termina reducido a polvo.

ACETATO DE CELULOSA PLASTIFICADO: En 1910 Kodak presentó la película de Diacetato. Sus características mecánicas están muy alejadas de las del celuloide, y su comportamiento a largo plazo es irregular. En 1922 y 1923 Kodak y Pathé presentaron nuevos formatos de película, más pequeños, para uso casero y escolar, en el que utilizaban este nuevo material no inflamable. En la década de los 50 se consiguió un acetato de celulosa que sí podía sustituir al nitrato de celulosa en sus características fundamentales. Se trata del Triacetato de celulosa, que se convirtió en el material fundamental para la fabricación de soportes cinematográficos desde su aparición.  Hoy en día es el soporte fundamental que encontramos en la mayoría de colecciones fílmicas.

POLIÉSTER: Plástico sintético, cuyo nombre completo es Polietilenetereftalato. Fue descubierto en 1941, pero no se aplicó en la industria cinematográfica hasta unos años más tarde. La primera compañía en introducirlo fue Fuji, e 1965, para las películas Single (, que le hacían competencia al Super 8 de Kodak. Poco después, su uso se extendió. En la última década del siglo XX el poliéster se impuso en el mercado cinematográfico. El material se ha comercializado bajo diferentes nombres, según el fabricante: ESTAR de Kodak, CRONAR de Dupont, etc. 


Los comienzos de la película de celuloide. Nitrato de celulosa


En 1846, un investigador suizo llamado Christian Friederich Schönbein inventó el producto a base de algodón que se utilizará más tarde en la fabricación de las películas: el nitrato de celulosa, denominado no sin ironía «guncotton» («algodón armado»), por ser un poderoso explosivo. Era una mezcla viscosa e incolora de ácido nítrico y fibras de celulosa, que tenía la enorme ventaja de transformarse en película transparente, resistente y flexible al secarse extendida en una fina capa.

El celuloide fue descubierto entre 1863 y 1868 por John Wesley Hyatt. Su primera patente para el nuevo material con el que se fabricaban bolas de billar fue del 10 de octubre de 1865. Una historia que se repite, aunque no está documentada, dice que accidentalmente se cortó un dedo y cuando fue a buscar un vendaje se le derramaron dos líquidos y se dio cuenta de que era una extraña mezcla pegajosa y la denominó celuloide. La utilizaron para la fabricación de numerosos objetos: juguetes, cepillos de pelo, aparatos dentales, discos, cilindros para fonógrafos, etc.

Muy pronto, un fotógrafo norteamericano, James A. Cutting, utiliza este nuevo material como soporte para la emulsión fotográfica. Inventó así un nuevo procedimiento fotográfico muy eficaz  que permitía reducir de manera considerable el tiempo de exposición: el colodión húmedo.

Fue con este procedimiento con el que otro fotógrafo norteamericano, Eadweard Muybridge, realizó hacia 1870 las primeras series de fotos que descomponían el movimiento (caballo al galope). Inventa incluso un medio de dar vida a sus imágenes: el Zoopraxiscopio, en 1879, procedimiento precursor del cine.

En 1872, una polémica enfrentaba a los aficionados a los caballos de California. Unos sostenían que había un instante, durante el trote largo o el galope, en que el caballo no apoyaba ningún casco en el suelo. Otro grupo, afirmaba lo contrario.

En esa época no se conocía una manera de demostrar quién tenía razón, hasta que Leland Stanford ideó un sencillo experimento: este consistía en un método que fotografiaba al caballo en las diferentes etapas de su galope y que proporcionaría una vista completa de todo el trayecto recorrido, para lo cual Stanford encargó a Eadweard Muybridge que tratara de captar con su cámara el movimiento de su caballo de carreras Occident. Sin mucha confianza en el resultado, Muybridge se prestó a fotografiar a Occident trotando a unos 35 km/h en el hipódromo de Sacramento. Pidió a los vecinos de la zona que le prestaran muchas sábanas de color blanco y las colgó en torno a la pista a manera de fondo, sobre el que destacara la figura del caballo. En mayo de 1872, Muybridge fotografió al caballo Occident, pero sin lograr un resultado, porque el proceso del colodión húmedo exigía varios segundos para obtener un buen resultado. Tras varias pruebas y errores, Muybridge ideó una nueva técnica en la que la pista para el motivo en movimiento tenía una longitud de unos 40 metros. En paralelo a ella había una batería fija con 24 cámaras fotográficas, y en ambos extremos de la pista, colocadas en ángulos de 90º y de 60º, había otras dos baterías de cámaras. En cada instante se disparaban sincrónicamente tres cámaras, una de cada batería. Se impresionaban placas secas a una velocidad de obturación graduable que podía regularse desde varios segundos hasta la altísima velocidad de 1/6000 de segundo, según la velocidad del motivo a fotografiar.

En las primeras series los obturadores de las cámaras se disparaban por la rotura de unos hilos atravesados al paso del caballo u otro animal que se rompían al paso de este, cerrando contactos eléctricos que iban activando cada uno de los obturadores. Pero después Muybridge inventó un temporizador a base de un tambor rotatorio que giraba de acuerdo con la velocidad del motivo y que, en los instantes adecuados, enviaba impulsos eléctricos a las cámaras.

En octubre de 1878, la revista científica Scientific American publicó seis grabados hechos sobre negativos ampliados de fotografías de Muybridge, donde se veía a un caballo moviéndose al paso y al trote. La revista proponía a sus lectores que recortaran las ilustraciones y las montaran en un zootropo, un cilindro que produce la ilusión de movimiento cuando gira, si las imágenes se observan a través de una ranura lateral. El efecto que se consigue se basa en la llamada persistencia retiniana: cuando el ojo humano percibe una serie de imágenes similares y con cambios continuos que se suceden con la suficiente velocidad —diez o más imágenes por segundo—, el cerebro las interpreta como un movimiento real, y se genera la impresión de un movimiento continuo. Ahora bien, si las imágenes no estuvieran separadas unas de otras, se verían borrosas. Después de leer este artículo, Muybridge pensó que se podrían mejorar los resultados proyectando las imágenes sobre una pantalla e inventó un aparato que utilizaba la luz para proyectar imágenes secuenciales mediante el uso de un disco de cristal, invento al que bautizó con el nombre de zoopraxiscopio. En el primer proyector las imágenes se pintaron en el cristal como siluetas. Una segunda serie de discos, realizados entre 1892 y 1894, usaba dibujos perfilados impresos en los discos fotográficamente y coloreados a mano. Algunas de las imágenes animadas eran muy complejas, e incluían múltiples combinaciones de secuencias de movimientos de animales y humanos.

John Wesley Hyatt

James A. Cutting

Zoopraxiscopio

Eadweard Muybridge

La película Kodak


El predecesor de la película de seguridad; La película de nitrocelulosa (película de nitrato), basada en guncotton, era en general la base más común antes de que Kodak comenzara a trabajar con película de acetato en 1948, llevándola al mercado a principios de la década de 1950.

Georges Eastman, 1854-1932, fue el fundador de la «Eastman Kodak Company»,  el primero en utilizar el celuloide en forma industrial, inventando el rollode película que sustituyó a la placa de cristal. A partir de 1884 registró numerosas patentes y en 1889 propuso el primer sistema de película enrollada: una pasta viscosa de celuloide es extendida sobre unos platos muy grandes de vidrio, a continuación se la recubre con una capa de emulsión fotográfica; una vez que esta se seca, la película de celuloide es cortada en largas tiras que se enrollan entonces sobre sí mismas para las cámaras de foto Kodak portátiles. La película se llamaba «llama» ya que, fabricada en nitrato de celulosa, era altamente inflamable...

Debido a la necesidad de poder hacer varias fotos sin tener que cambiar de negativo, se empezaron a realizar una serie de investigaciones para poder crear una película química que se pudiese enrollar sobre sí misma. Esto permitiría el nacimiento de los carretes y los rollos de película, algo muy útil si tenemos en cuenta que anteriormente se empleaban placas de vidrio como soportes. El rollo de película fue fundamental para la invención del cine, ya que su uso se encontraba en las creaciones de los pioneros del cine como Thomas Edison, los Hermanos Lumière y Georges Méliès.

Eastman-Kodak se convirtió en la primera empresa que fabricó y comercializó la película en celuloide, comenzando en 1889; Thomas Henry Blair apareció en 1891 como el primer gran competidor en suministrar celuloide. La película cinematográfica tenía una base mate con la función de facilitar una visión más fácil una vez expuesta a una fuente de luz desde su parte trasera, y las emulsiones de cada compañía eran ortocromáticas (sensibles a todos los colores del espectro menos al rojo). Hacia noviembre de 1891 William Dickson en el laboratorio de Edison estaba usando película de Blair para realizar pruebas del Kinetoscopio, y la compañía de Blair se convirtió en la principal abastecedora de película para Edison durante los siguientes años. La operación de Blair fue también crucial para el continuo desarrollo de la tecnología del cine durante 1892 y 1893, debido a temporales cierres de la empresa de Eastman por problemas con su cadena de producción.

Georges Eastman

La primera película de 35 mm. con perforaciones


El sistema de proyección del Cinematógrafo se basa en una película perforada que avanza imagen por imagen delante de un obturador. A cada nueva imagen, el obturador se abre, la luz atraviesa la película y proyecta así la imagen sobre la pantalla. Debido a la rápida sucesión de esas imágenes fijas y a la persistencia retiniana, el espectador tiene la impresión de ver un espectáculo en movimiento proyectado sobre la pantalla.

William L. Dickson, 1860-1935, ingeniero por cuenta del industrial Thomas A. Edison, se encargó de llevar adelante el proyecto de un artefacto capaz de producir imágenes en movimiento: el Kinetoscopio. William Kennedy Laurie Dickson fue director cinematográfico, fotógrafo e ingeniero británico-francés, y es considerado como uno de los padres del cine.

Durante su empleo en el laboratorio de Edison, Dickson tuvo la oportunidad de investigar las maneras de registrar el movimiento en la película fotográfica, inspirándose al principio, en métodos similares a la forma en que el fonógrafo de Edison grababa el sonido. Los primeros esfuerzos involucraron un tambor que giraba iluminado por una luz wilis. Fue capaz, en 1890, de crear una cámara y un visor que utilizaban tiras largas de película para capturar el movimiento en marcos individuales. En 1891, Edison archivó una patente para el invento que recibió el nombre de kinetoscopio.

A mediados de la década de 1890, los salones con kinetoscopios se volvieron un entretenimiento popular mediante el cual los norteamericanos conocieron por primera vez las películas con movimiento. Dickson empezó trabajando en un proyector para que pudieran desplegarse las películas al mismo tiempo para grandes grupos.

Después de separarse de Edison, fundó su propia compañía y creó una cámara junto con el sistema proyector. La compañía, denominada American Mutoscope and Biograph Company, lanzó sus propias películas y en el futuro se convirtió en uno de los más grandes estudios de cine de su tiempo.

Para estabilizar el arrastre de la película y tener imágenes más fijas en la proyección, inventa el sistema de perforaciones sobre los costados de la película.Dickson fue quien definió el primer formato estándar: el 35 mm., que aún existe. Este formato le permitía, en efecto, conservar una buena calidad de imagen, al tiempo que reducía los costos de producción, dado que una película más ancha era más costosa.

Fotograma de la película de 1893 Blacksmith Scene, dirigida por W. K. Dickson

William L. Dickson

Kinetoscopio


La película de seguridad. «Safety Film». Diacetato, triacetato de celulosa y poliester


Las primeras películas de nitrato de celulosa se revelaron pronto como peligrosas, pues eran muy inflamables. Los inventores buscaron nuevos soportes para fabricar las películas. A partir de 1909 se inventó una película llamada «Safety» o «de seguridad», en diacetato de celulosa. Sin embargo la industria cinematográfica tardará mucho tiempo antes de utilizarla pues era muy cara, y los filmes siguieron rodados y visionados con película de nitrato de celulosa hasta 1955 en EEUU y Europa, y hasta 1960 en la URSS. La película de seguridad se desarrolló en los formatos no profesionales y los formatos destinados a los aficionados, por ejemplo, el 28mm de Pathé o el 22mm del Home Kinetoscope de Edison en 1912.

La película de acetato se comercializó como película de seguridad, ya que no se descompuso como lo hizo la película de nitrato. La película de nitrato era intrínsecamente defectuosa ya que, con el tiempo, se descompondría en ácido nítrico, lo que catalizó su descomposición en un grado aún mayor. Además, las tragedias teatrales demasiado comunes de principios del siglo XX se debieron en gran parte a que la película de nitrato se incendiaba. Si la película se queda atascada en un proyector de arco de carbono (común en ese momento), es probable que comience a arder.

La película de acetato tenía la intención de rectificar estos defectos a menudo fatales. Mientras se eliminaba gradualmente la película de nitrato, el acetato se comercializaba como "película de seguridad" para distinguirlo de la primera.

Para poder conquistar el mercado de las escuelas públicas e instituciones religiosas y proyectar allí películas sin riesgo de incendio, la empresa francesa Pathé Frères tuvo la idea de desarrollar las primeras películas de seguridad en diacetato de celulosa. En esta ocasión, desarrolló un formato más pequeño: el 28mm (en lugar del 35mm) que permitía realizar proyecciones con un proyector portátil.

Más tarde, existieron sucesivamente varios tipos de película de seguridad: la película de diacetato fue reemplazada por la de triacetato en 1957, después por la de poliéster (plástico a base de petróleo) en los años 80. En la actualidad, la película de poliéster es la que se utiliza para la totalidad de las copias de películas de cine. 

Aún hoy, los negativos se fabrican en acetato, porque las películas de poliéster tienen el defecto de ser demasiado resistentes: si una película de poliéster se bloquea durante el rodaje, corre el riesgo de romper el mecanismo de arrastre de la cámara, mientras que una película de acetato se desgarra sin deteriorar el material.


Deterioro y Conservación de películas

Materiales cinematográficos y su conservación


La película cinematográfica de sales de plata es un soporte perecedero y el patrimonio audiovisual está en peligro. La historia del cine no es, para muchas obras, sino una inmensa esquela necrológica de la que ni siquiera conocemos el nombre de todas las víctimas, ya que ignoramos el alcance exacto de las pérdidas. Estas se vinculan a múltiples factores, entre los cuales, en primer lugar, una industria del cine que no necesariamente ha sabido o querido conservar las películas consideradas como «caducas» desde el punto de vista de su valor comercial. Ciertos juicios estéticos o históricos sobre las películas antiguas a veces tampoco ayudan a la preservación de películas por las cuales existe poca curiosidad.

El patrimonio cinematográfico mundial está gravemente amputado; y lo que queda de él amenazado. Los estudios en que se basa este llamamiento deducen que tres cuartas partes -se calcula que un 80% del cine mudo ya es invisible, y una buena parte del sonoro de los años treinta y cuarenta, inaudible además de invisible- del material rodado hasta 1955 ha desaparecido o sobrevive dañado, pues los filmes que no se incendiaron han borrado o deteriorado sus imágenes, y los que sobreviven están amenazados si no se toman medidas para su fijación y conservación.

Las películas son obras de arte cuya existencia -como las pinturas de un muro, de una tabla o de un lienzo- dependen del soporte químico que conocemos convencionalmente como celuloide: una materia frágil y perecedera. Hasta 1955, este soporte era de una sustancia llamada nitrato de celulosa, que, además de inflamable -lo que hizo que incontables depósitos de bobinas perecieran en las dos guerras mundiales y en multitud de accidentes-, tiene una duración aproximada de 50 años.


Deterioro en los soportes cinematográficos y sus causas


Un altísimo número de películas ha desaparecido desde los orígenes del cine y se estima que faltaría el 50 % de las películas anteriores a 1950. El ejemplo más conocido es seguramente la filmografía de Georges Méliès: de más de 500 filmes realizados en 16 años (entre 1896 y 1912), en 2008, sólo el 40 % de los títulos (es decir, cerca de 200) habían sido conservados.

Como técnica de grabación de imágenes, la película es ante todo un soporte que cada manipulación deteriora y las causas «mecánicas» (problemas de encolado, rayaduras, perforaciones dañadas, etc.) se cuentan entre los primeros factores de degradación. Pero la causa principal es su inestabilidad química.

El soporte fílmico está compuesto de un material transparente sobre el cual se coloca una emulsión (se habla a veces de «gelatina») que es la imagen de la película. Tanto el soporte como la imagen son susceptibles de degradarse con el tiempo debido a su fragilidad química. Frente a este parámetro, la duración de conservación de una película es consecutiva en gran medida de las condiciones de almacenamiento, en particular de las condiciones de higrometría o temperatura.

Hoy en día, sin embargo, seguimos encontrando películas de los primeros tiempos en soporte nitrato en bastante buen estado, aunque podemos decir que la película de nitrato sólo se conserva «en promedio» 50 años.

En cierto número de países, entre ellos Francia, se llevó a cabo un amplio plan de traspaso del soporte fílmico nitrato al soporte poliéster. 

A partir de 1953, la película de formato 35mm pasa (como los formatos sub-estándares de las décadas anteriores al mismo) al soporte de acetato (diacetato de celulosa hasta 1957 y, posteriormente, triacetato de celulosa). Por desgracia, si bien no presenta ningún peligro de manipulación (de allí su calificativo de « Safety *»), este soporte desarrolla un síndrome llamado «del vinagre» si no se lo conserva bien. El proceso comienza con un aumento progresivo del nivel de acidez de la película, acelerándose luego hasta un punto llamado «autocatalítico» que desemboca en su rápida destrucción.

Durante mucho tiempo, la existencia del «síndrome del vinagre» permaneció ignorada o minimizada, pese a ser el soporte cuantitativamente mayoritario de los archivos de cine en el mundo. Inmensas existencias de películas de acetato se encuentran por lo tanto amenazadas a bastante corto plazo, excepto aquellas almacenadas en condiciones ideales desde hace mucho tiempo. En este último caso, se considera que el soporte podría conservarse tal vez hasta 300 años.
Por fin, se utiliza un tercer y último soporte: el soporte de poliéster. Aunque inventado en 1945, demoró en ser masivamente utilizado. Tras su uso para películas de aficionado, y luego para los internegativos y los avances, el soporte de poliéster es utilizado para todas las copias desde mediados de la década del 90.

Aunque imperfecto y rivalizando hoy con el digital, el poliéster es el soporte principal de la industria cinematográfica, pero es también, siempre y cuando se lo conserve en buenas condiciones, el soporte más perenne que se conoce actualmente para conservar películas a largo plazo (se habla incluso de una conservación del soporte entre 500 y 1.000 años).

 Todavía no existen, en efecto, otros soportes que garanticen con certeza para la comunidad de los centros de archivos una conservación a largo plazo. Actualmente todas las películas, incluso 100% digitales de gran resolución, necesitan un traspaso a fílmico 35mm poliéster (aun cuando por razones económicas este no siempre se efectúa).

Por otro lado, cualquiera sea la naturaleza de su soporte, una película puede ser víctima de ataques biológicos (como hongos) o químicos externos (poluciones, polvos, etc.) que pueden atacar el soporte mismo o la imagen, de ahí la necesidad de proteger la película de esas amenazas.

Hongos

Algunos hongos son auténticos devoradores de películas, a semejanza del «merulio proliferante», un hongo de crecimiento rápido que aparece en lugares oscuros y húmedos.

Este hongo se propaga rápidamente en forma de espuma blanca, pudiendo atravesar ciertos materiales de protección como plásticos o hasta las tradicionales latas de películas. 

Emulsiones

Los parámetros vinculados a las técnicas de fabricación de la emulsión imagen tienen una enorme importancia dado que ciertas tecnologías permiten una mejor perennidad que otras.

Numerosas técnicas y tipos de emulsiones han existido desde los comienzos del cine, en particular en lo que se refiere a la película en colores, desde 1897 con las copias coloreadas a mano (imagen por imagen) hasta las últimas emulsiones de grano muy fino aparecidas recientemente. Señalemos que la película en blanco y negro, o digamos «monocroma» (incluso si es teñida) tiene una química mucho menos compleja que el color y no supone por lo tanto demasiados problemas de conservación.

 A partir de 1928, existieron tecnologías de películas en color llamadas cromógenas (cuyos colores aparecen en el transcurso del revelado) en monopack (es decir película en un solo elemento) como por ejemplo el Kodacolor, luego el famoso Kodachrome (que se conserva bien). Pero estas técnicas de inversión (cuando la película es su propio negativo que se revela) se destinaban principalmente a los aficionados.

El procedimiento «Technicolor n°4» tricromático fue puesto a punto por el Dr. Kalmus a partir de 1932. Este utilizaba un procedimiento de fabricación revolucionario que inducía a una muy buena conservación de las imágenes a largo plazo.

Cuatricromía y la modificación de colores

La película estaba compuesta de tres bandas monocromas (hasta 1954 para la toma de vistas) y de una técnica de edición de copias llamada por imbibición (técnica que existió hasta 1974 en los Estados Unidos e incluso hasta 1993 en China). Este sistema era bastante cercano a la cuatricromía offset de la imprenta, asociando negro a tres capas de colores superpuestas cuyas «tintas» son muy estables en el tiempo. Los elementos conservados separadamente permiten una conservación a muy largo plazo de los negativos y de las copias obtenidas que son también muy estables en el tiempo.

Hubo que esperar el «Neue Agfa-color» puesto a punto en Alemania en 1939 por el Dr. Fischer para que un procedimiento permitiera el revelado de varias copias a partir de una sola película («monopack»). Esta tecnología es la base de todas las películas modernas hasta la actualidad. Por desgracia, en algunos años, los colores se modifican insensiblemente. Mucho tiempo después de la fabricación de la película, siguen actuando procesos químicos relacionados con los productos, presentes desde el principio en la emulsión (por ejemplo cuando las copias se han limpiado mal en el tiraje), acarreando una lenta degradación de los colores y generalmente un «viraje» de las copias al rojo (por la pérdida de los demás colorantes).

Parece ser que esto concierne particularmente a las copias fabricadas entre 1960 y 1975 pero de hecho, hasta la copia más reciente vira insensiblemente desde el día de su fabricación. Estas degradaciones son también a veces responsables de defectos ópticos (nitidez, contraste, etc.).

 


Algunos ejemplos de fotogramas en 16 mm avinagrados en movimiento:

Síndrome del vinagre


Se le conoce como síndrome del vinagre al proceso de deterioro que actúa en películas de acetato de celulosa cuando son expuestas a condiciones adversas de humedad y calor. El material libera ácido acético, el responsable de su particular olor a vinagre y del deterioro de la película. Es un proceso irreversible y que se contagia de película a película a través del aire.

La película de acetato de celulosa, también conocida como “safety film”, se introdujo a principios del Siglo XX como un reemplazo de la auto-inflamable y mucho más inestable película a base de nitrato de celulosa. Debido a su defecto químico fue reemplazada más adelante por películas de poliester.

El primer caso de deterioro fue reportado por el gobierno de India en los primeros diez años de vida del material, alrededor del 1948, a causa de las condiciones climáticas de humedad y calor a los que se exponían las películas.

Actualmente no existe una forma práctica de frenar o revertir el curso de deterioro, pero se conoce que la humedad y el calor son los principales factores que provocan el proceso, además de que se acelera mucho en condiciones anaeróbicas. Es por esto que se preservan las películas afectadas en condiciones controladas de humedad y temperatura, se las transfiere a un medio más estable, o en última instancia se las descarta para siempre, para evitar que dañen o aceleren el proceso en otras películas.

El proceso consta de grados e instancias de deterioro. En un comienzo la emulsión libera ácido acético y libera el característico olor a vinagre. Más adelante la base plástica de la película puede tornarse quebradiza y perder flexibilidad y elasticidad. Al mismo tiempo, la base de acetato puede encogerse y separarse de la emulsión. Y en grados muy avanzados de deterioro, la emulsión puede cristalizarse o liberar burbujas líquidas de aditivos de la base plástica de la película, y en las películas color la tintura tiende a virarse al rosa y al azul. En esta instancia, en muchos casos la película se torna inservible e imposible de proyectar por medios mecánicos.

Restauración de películas


Degradación a rojo de un rollo de celuloide

Fotograma de la boda de Alfonso XIII de la "Colección Sagarmínaga"

El negativo de Calabuch pegado con celo

Un rollo de celuloide afectado por el síndrome del vinagre

El placer de ver una película clásica restaurada, en pantalla grande


Datos tomados de restauradores de la Filmoteca Española y de la Filmoteca de la UNAM

film de la Cineteca meLa restauración del material fílmico comprende distintas etapas que van desde la identificación de los materiales con los que se trabajará (en muchos casos su reparación física), hasta los tratamientos digitales de corrección de color, el formato y soporte final de exhibición y, por supuesto, el soporte en el que se lo preservará a largo plazo. Se puede restaurar todo aquello que se ha conservado, considerándose como materiales de mayor valor para la restauración los negativos originales en fílmico pero también todo material que pueda ayudar al proceso de investigación que se requiere realizar en todo proyecto de restauración audiovisual.

La complejidad de restaurar películas más antiguas o más nuevas depende de diversas variables. Los films viejos se ven afectadas por el mayor paso del tiempo, lo que supone una mayor posibilidad de que el material se haya degradado. Pero también influyen las condiciones en las que haya sido preservada la obra audiovisual, esto es, si ha sido conservada mediante sus negativos originales o cuáles son los materiales con los que se cuentan para poder iniciar el proyecto de restauración. Además del paso del tiempo, otros factores de conservación pueden iniciar los procesos de descomposición, como la temperatura, la humedad y ventilación del sitio donde se las guarde. Asimismo hay que considerar el tipo de soporte en el que haya sido realizada la obra, dado que los filmes más antiguos (previos a 1930) presentan diversos formatos que requieren de un trabajo mucho mayor al no corresponderse con los estándares industriales adoptados tiempo después. 

Lograr una copia directo de la película original, ya sea de nitrato o poliéster, implica un profundo y a veces largo trabajo de restauración que puede tomar meses o incluso años. Rescatar un film supone hacer un nuevo negativo, escanear y hacer restauración digital porque, con el tiempo, las características de la película cambian: es inestable, se mueve mucho. Las películas comienzan a deformarse o se contraen, por lo tanto hay que darle estabilidad y regresarle los tonos correctos.

En el taller se rehabilitan y restauran los negativos o positivos de los filmes, pues hay materiales que llegan con el llamado síndrome del vinagre. En caso de que la película no se haya recuperado completamente, se hace una restauración fotoquímica (de imagen) cuadro por cuadro y de forma manual.

Por su parte, las películas en nitrato pueden dañarse gracias a la sulfatación del material, la cual provoca que se endurezca el material, se haga polvo y quede inservible.

Una vez restaurada físicamente la película original, es necesario pasarla a un nuevo soporte (película de poliéster) para garantizar su preservación.

Rescate por impresión óptica

Con la máquina de impresión óptica es posible rescatar materiales encogidos o frágiles y se pueden hacer ampliaciones para obtener, a partir de una película en 16 mm, una copia de 35 mm. Cuando la película sale del taller y aún presenta condiciones que la hacen difícil de manipular, se lleva a esta máquina que cuenta con un pequeño proyector que permite ver la imagen durante el proceso de impresión en el nuevo soporte para verificar enfoques y encuadres, cuadro por cuadro, para obtener un buen negativo. Este es un proceso laborioso, ya que un tramo de dos minutos puede demorar hasta tres días en ser rescatado.

A veces, las perforaciones de la película son diferentes a las que permite la máquina, pues las primeras películas tenían perforaciones más pequeñas y redondas, y actualmente ya no hay máquinas que las puedan transportar. Cuando deben obtener una copia de materiales con estas características, el proceso puede llevarles más tiempo, ya que la película no se atora correctamente en los ganchos de la máquina, provocando que el cuadro se desfase continuamente, que la perforación se haga más grande o dañe la cinta.

Corrección automática de color y luces

La correctora automática de color y luces funciona por medio de un sistema óptico automático y tarjetas electrónicas que permite estabilizar la luz en la nueva copia.

Rescate por digitalización

Una vez restauradas, pasan al área de digitalización donde puede aplicarse esta forma de rescate. Aquí se utiliza una máquina especial con carretes suaves que no dañan las películas, aunque estén en mal estado. Con ayuda del software que incluye el escáner, se puede encuadrar, corregir nivel de luz, escanearlo a full HD o a un archivo más comprimido.


https://moreliafilmfest.com/como-se-restaura-una-pelicula-antigua/

Filmoteca Española y Filmoteca de la UNAM


Plan nitrato


En Francia, entre 1991 y 2006, se efectuó un «plan nitrato» por iniciativa de los AFF (Archivos Fílmicos Franceses), el CNC (el Centro Nacional de la Cinematografía) y el Ministerio de Cultura francés que invirtió 80 M€. De este modo, cerca de 15.000 películas pudieron ser salvadas efectuando un traspaso de soporte (un «duplicado» en 35mm poliéster). 


©Enrique Martínez-Salanova Sánchez