Alfred Hitchcock

Director, creativo, guionista, productor

©Enrique Martínez-Salanova Sánchez

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Biofilmografía Su obsesión por las rubias

Aportaciones al cine

Alma Reville (Lady Hitchcock)

Filmografía

El cine es un espectáculo y el público es el destinatario


Uno de los principios básicos de Hitchcock, que le granjeó la enemistad de la mayoría de los críticos de cine, era que debía hacer cine para el público. Su cine, por lo que yo me acuerdo en aquellos años en que nos dedicábamos al cine forum, era considerado como técnico, que mirado con mis valoraciones de hoy, no dejaría de ser una valoración muy positiva. Su fama de director «comercial», logró que se le tuviera en menor consideración como artista.

Aún así, Hitchcock fue nominado cinco veces como mejor director en los Oscars (por RebeccaNáufragosRecuerdaLa ventana indiscreta, y Psicosis) aunque no ganó ninguna estatuilla. Sí la ganó como mejor película Rebecca en 1941, aunque resulta significativo que ninguno de sus films obtuviese una nominación como mejor película más allá de 1946. Sin embargo, el —relativo— desapego de la crítica más intelectual no preocupaba demasiado a Hitchcock (en todo caso le fastidiaba, pero no tanto como para intentar ser «más artístico»). El espectador era finalmente el crítico más exigente, y «Hitch» consideraba que la mejor crítica para una película era que esta atrajese a la gente y que la gente saliese contenta de la sala de cine. Además, la asistencia de público hacía feliz a los estudios.


Hablo de Hitchcock

Hablo de Hitchcock


Siempre he seguido, visto y analizado a Hitchock. He hablado y escrito infinidad de veces de él, le doy un lugar en mi libro: "Aprender con el cine, aprender de película" y he difundido sus películas en lo que he podido.

Su escena de la ducha, no solamente me impresionó cuando la vi por primera vez, y me quitó el sueño, sino que la he desguazado, trabajado, analizado, descrito y explicado en muchas ocasiones.


El cine según Hitchcock


Resultado de una larga conversación de cincuenta horas preparada sobre un cuestionario de quinientas preguntas, El cine según Hitchcock -aclaraba François Truffaut- es «un libro del que no me considero autor, sino tan sólo iniciador o, mejor aún, provocador». A lo largo de sus páginas, las circunstancias que rodearon el nacimiento de cada film, la elaboración de los guiones, los problemas de la puesta en escena y la valoración del resultado comercial de las películas son los ejes que articulan el apasionante diálogo que sostienen en él ambos realizadores.


Biofilmografía


Alfred Hitchcock nació el 13 de Agosto de 1899 en Leytonstone, un distrito del East End Londinense. Fue el tercer hijo de William y Emma Hitchcock, una familia de tenderos católicos. Sus hermanos eran demasiado mayores para jugar con él, por lo que el pequeño y taciturno Alfred se acostumbró a jugar solo y a compartir con su madre sus confidencias nocturnas.

A los 11 años perdió a su padre e ingresó en un colegio jesuita, el Saint Ignatius College. Fue un alumno medio y bastante distraído. A los 13 años abandonó la escuela y empezó a trabajar.

En 1915 descubrió el cine con El nacimiento de una nación, de Griffith y se convirtió en un gran lector y observador de la gente. En 1920 comenzó a trabajar para la Famous Players Lasky, una compañía cinematográfica donde se especializó en hacer rótulos para las películas mudas. En la empresa, en la que hizo de todo: guionista, director de arte, ayudante de dirección, conoció a Alma Reville, con la que contrajo matrimonio a finales de 1926 y que fue una de sus más importantes colaboradoras a lo largo de toda su carrera. Será ese mismo año cuando dirija su primera película, El jardín de la alegría (The Pleasure Garden), pero sin embargo, no será hasta su tercer largometraje donde encontremos un estilo auténticamente hitchcockiano. En 1926 comenzó el rodaje de su primera película importante, El enemigo de las rubias (The Logder).

En 1929 filmó La muchacha de Londres, su primera película hablada. A partir de 1934 empezó a rodar una serie de películas de suspense que le dieron fama mundial y que fueron su pasaporte a Hollywood. Los mejores títulos de su etapa inglesa son El hombre que sabía demasiado (The man who knew too much) y 39 escalones (The 39 steps).

En 1937, los Hitchcock, desembarcaron en Nueva York para su primer viaje a América, donde en 1938 firmó un contrato con David O. Selznick. En 1939 comenzó el rodaje de Rebeca, con Joan Fontaine, y en 1941 finalizó el complicado rodaje de Sospecha (Suspicion), marcado por sus disputas con los productores. Fue su primera colaboración con Cary Grant y el inicio de una gran amistad.

En 1942 escribió el guión de La sombra de la duda (Shadow of a Doubt), una de sus películas más autobiográficas y personales. En 1944 comenzó Recuerda (Spellbound), su primer encuentro con Ingrid Bergman. En febrero de 1945 finalizó el rodaje de Encadenados (Notorius), con Ingrid Bergman.

En 1946 comenzó a rodar El proceso Paradine, (The Paradine Case), film con el que finalizó el contrato con Selznick, al que Hitchcock no soportaba desde hacía tiempo pues se inmiscuía mucho en los rodajes. La crítica se desbordó en elogios para esta película, lo que llenó de satisfacción a su director, que pasaba por entonces momentos anímicos muy malos.

En 1947 comenzó a escribir la que iba a ser la primera película producida en su totalidad por la Transatlantic Pictures. Se trataba de un nuevo experimento fílmico escrito para ser rodado en una sola toma. Algo que nadie había hecho antes. Y en enero de 1948 reunió en los estudios de la Warner al reparto de la nueva película, La soga, (Rope), que supuso su primera colaboración con James Stewart.

Desde 1949 hasta 1952, hizo varias películas, entre Londres, Pánico en al escena, (Stage Frigth), con Marlene Dietrich de protagonista, Nueva York Extraños en un tren, (Strangers on a train 1951), y Montreal Yo confieso, (I confess, 1952), con Montgomery Clift.

Entre 1953 y 1956, rodó Crimen perfecto (Dial M for murder), La ventana indiscreta (Rear window), Atrapa a un ladrón (To catch a thief), con Grace Kelly y El hombre que sabia demasiado (The man who knew too much 1956), con Doris Day.

En 1957 dirigió Vértigo, con James Stewart y Kim Novak y en 1958 Con la muerte en los talones (North by Northwest), película que finaliza en el Monte Rushmore, d

onde están esculpidos los rostros de los presidentes de los Estados Unidos.

Una de las películas emblemáticas de Hitchcock, Psicosis, (Psyco), comenzó a rodarse en 1959 como un thriller de bajo presupuesto destinado en principio para la televisión. En 1960, es el primer gran éxito de la carrera de Hitchcock, casi una excepción en toda su filmografía.

Una de sus más complicadas películas fue Los pájaros, (The Birds), en 1962, cuyo rodaje duró seis meses y la postproducción más de un año, ya con Tippi Hedren, pues el estatus de princesa de Mónaco le impedía hacerlo a Grace Kelly. Tippi trabajó posteriormente para él en Marnie la ladrona.

En 1965 rodó Cortina rasgada (Torn Curtain) con Paul Newman y Julie Andrews, con los que tuvo infinidad de conflictos. En 1969 realizó Topaz y en 1971, en Londres, Frenesí (Frenzy), su primera película totalmente inglesa desde 1949. El rodaje le devolvió cierta felicidad perdida.

En otoño de 1979 le fue otorgado el título de Sir. El 29 de abril de 1980 Alfred Hitchcock falleció en su domicilio.



La obsesión de Hitchcock por las actrices rubias


Puede ser casual que la primera película importante de Hitchcock, en 1926, fuera El enemigo de las rubias, paradoja o símbolo de la persecución que hizo durante toda su vida de actrices rubias, ya que se obsesionó con ellas, las persiguió y las torturó como director, hasta el punto de estar en peligro su matrimonio varias veces. La primera rubia importante en su filmografía fue Madeleine Carroll, que aceptó trabajar para él en 39 escalones. Con Joan Fontaine, en Rebeca, continuó su búsqueda de la rubia ideal.

Sin embargo, en 1943, una rubia, la gran Tallulah Bankhead, le dio muchos problemas en el rodaje de Náufragos, creando conflictos constantes debido a su costumbre de trabajar sin ropa interior.

En 1944 en Recuerda, tuvo su primer encuentro con Ingrid Bergman, la primera rubia auténticamente hitchcockiana. Cuando en otoño de 1948 Ingrid Bergman conoció a Roberto Rossellini y se fue con él, Hitchcock lo tomó como una afrenta personal, como si lo hubiera abandonado por otro.

Cuando preparaba Crimen perfecto, encontró a una joven y rubia actriz, digna sustituta de la Bergman, Grace Kelly, con la que rodó varias películas. El 18 de abril de 1956 Grace Kelly se casó con el príncipe Rainiero de Mónaco, por lo que nuevamente Hitchcock se quedó sin musa.

Para El hombre que sabía demasiado, un remake de su éxito inglés, contó con otra rubia, la joven cantante Doris Day.

En descubrió en la televisión a una joven actriz, Vera Miles, que trabajó en Psicosis. Más tarde, en 1957 fue Kim Novak, la protagonista femenina de Vértigo. En Con la muerte en los talones, Eva Marie Saint fue la rubia de turno.

La primera morena de su carrera, Audrey Hepburn, le causó serios problemas, pues renunció a rodar «No Bail for the Judge» en 1959, al estar embarazada. Le arruinó sus planes y desde ese momento la adorable Audrey se convirtió en una más de sus pesadillas y nunca perdió la oportunidad de denigrarla públicamente.

En octubre de 1961, mirando la televisión descubrió a la causa de sus mayores desasosiegos. En un anuncio vio a una joven modelo rubia. Su nombre era Tippi Hedren. Hitchcock se propuso contratarla y hacerla suya. Tippi Hedren firmó un contrato con Hitchcock para realizar varias películas a sus órdenes. En 1962 Hitchcock se obsesionó de tal manera con ella que hizo contratar a un equipo de detectives para que la siguieran y le informaran de todos sus actos. Más tarde se rodó Los pájaros, y en 1963, en el tortuoso rodaje de Marnie la ladrona, Hitchcock acosó constantemente y de forma directa a Tippi Hedren. Tippi lo rechazó con firmeza y el director perdió todo interés por la película y por la vida.


Alfred Hitchcock y sus aportaciones creativas


Hitchcock definía el suspense en una entrevista para televisión: «supóngase usted, le decía al entrevistador, que los espectadores han visto, antes de que usted y yo nos sentáramos, que un terrorista ha colocado una bomba debajo de esta mesa. Mientras nosotros hablamos tranquilamente de fútbol, ellos estarán solamente pensando cuándo explorará la bomba. El suspende es la sensación que tiene el espectador de que está en posesión de una información que el actor desconoce, de que algo va a pasar y está esperando que pase».

Se dice con frecuencia que más que dirigir películas, Hitchcock, dirigía a los propios espectadores. Decía que el público era un gigantesco instrumento que el cineasta podía tocar a su antojo. Daba una gran importancia al subconsciente de los espectadores y al empleo de efectos subliminales.

Para ello, el genio creativo de Hitchcock se expresa a través de una serie de efectos visuales o auditivos, de trucos sorprendentes destinados a hacer que el público quede sobrecogido o se ría nerviosamente. Fue un creador de efectos, criticados furiosamente por sus críticos porque le acusaban, aunque fuera exagerada la apreciación, de dedicar más tiempo, esfuerzo, medios y dinero a sus efectos que a la película. De hecho, en los años cuarenta, hubo muchos críticos que se quejaron de que recurría tanto a los trucos para ocultar su falta de inspiración.

Empleó medios no utilizados hasta su tiempo, o de manera tan creativa que se pueden considerar a casi todas sus películas como experimentales. Utilizaba la relación tiempo real-tiempo fílmico como en una única secuencia en La soga, o el único espacio en Náufragos, o la fotografía trucada, los decorados extraños (Salvador Dalí le diseñó los decorados para la secuencia del sueño de Recuerda), los montajes sorprendentes de imagen y sonido, las fantasías elaboradas a partir de trucos ópticos, de la multiplicación de lentes, la superposición de imágenes como la de Psicosis, cuando mezcla la cara de Anthony Perkins con la calavera de su madre, en un alarde de subliminalidad, o la utilización pionera de máquinas y artilugios e incluso algunas aves asesinas mecánicas para su película Los pájaros.

Mediante otro tipo de efectos provocaba la complicidad del espectador, que quedaba preso en las redes de su montaje. Ya en 1926, en El vengador (The logder), una película muda, se basa en gran medida en una sucesión de efectos. Los espectadores intuían que alguien estaba detrás de las cámaras construyendo ficción para que ellos obtuvieran sensaciones. El truco más conocido de la película está destinado a mostrar la angustia de una familia normal y corriente cuya tranquilidad se ve perturbada por los inacabables paseos del misterioso inquilino del piso de arriba. Hitchcock construyó un «sonido visual», al ser cine mudo, haciendo construir un suelo de cristal y rodando desde abajo para que se «vieran» los pasos del asesino.

Durante toda su vida como director experimentó recursos escénicos con el fin de envolver al espectador en la trama que él tejía minuciosamente, ya fuera incluyendo en un diálogo confuso reiteradamente y de forma clara la palabra «cuchillo» como en La muchacha de Londres (Blackmail 1929), en la que demostró que incluso los diálogos se podían montar con creatividad, la bombilla escondida en el vaso de leche en Sospecha (Suspicion, 1941), el empleo del «zoom» (artilugio que utilizan los directores de cine con poca frecuencia) en Vértigo (1958), o colocando tras la protagonista Janeth Leigh en Psicosis aves de presa disecadas mientras Norman Bates/Anthony Perkins le habla con movimientos parecidos a los de los pájaros sobre su madre, de forma tal que introducía al espectador subliminalmente en una atmósfera de muerte.

El público se introduce en la atmósfera que crea Hitchcock en sus películas su rara facultad de envolverlo gracias a sus extraordinarias habilidades técnicas, cuando le entretiene con sus bromas macabras o con sus apariciones rápidas en casi todas las películas, o contando historias interesantes llenas de efectos espectaculares.

Sin embargo, los efectos de Hictchock no estaban fuera de la trama, sobre todo tras su película Encadenados, no eran solamente efectos esporádicos con los que atrae al espectador, pues con frecuencia el truco marcaba toda la película, integrándose en el argumento, como ocurre con La ventana indiscreta en la que el protagonista, temporalmente inválido, está presente desde una ventana como observador en todo lo que ocurre en el film, o el estrangulamiento en el parque de atracciones de Extraños en un tren visto únicamente como un reflejo en las gafas de la víctima caídas en la hierba.

Conocedor de las claves de la percepción Hitchcock tenía en cuenta que el espectador sabe que la heroína, y más si es la estrella de la película, va a ser salvada en el último segundo de las vías del tren en la que está atada. Por ello el ejemplo más sorprendente es el asesinato de Janet Leigh en Psicosis (Pycho, 1960), en la que la estrella es asesinada en la ducha cuando pasan solamente veinte minutos de película. Rompe los esquemas al espectador y ya puede seguir jugando con él en su próxima película.


Alma Reville (Lady Hitchcock)


Hitchcock no era nadie sin Alma Reville. Dicho de una forma un tanto más poética: Alma Reville era el alma de Hitchcock. Alma daba el aprobado final a los actores de las películas de Hitchcock, daba el aprobado a los guiones, los cambiaba, asesoraba a su marido sobre escritores... y las películas las finalizaba en su casa, con Alma. Allí le daban vueltas a todas las posibilidades, a los problemas, a los cambios de última hora...

De Wikypedia: Alma Lucy Reville (conocida como Lady Hitchcock), nació el 14 de agosto de 1899 en Reino Unido y falleció el 6 de julio de 1982 en Bel-Air, Los Ángeles, California.

Fue actriz,y asistente de dirección, antes de conocer a Alfred Hitchcock, a quien conoció mientras trabajaban juntos en su primer trabajo como realizador, para la empresa Famous Players-Lasky Studio de la compañía Paramount en Londres, en los primeros años de la década de 1920, contrayendo matrimonio en diciembre de 1926. A partir de entonces, Alma Reville se convirtió en la mano derecha del director británico colaborando con él en la escritura de guiones, editando, haciendo doblaje de voces y comprobando la continuidad de la historia y los decorados.

Alma se dedicó a trabajar como editora en películas de otros directores como Berthold Viertel y Maurice Elvey, si bien la gran mayoría de sus trabajos fueron junto a su esposo. Se especializó en revisar los diálogos y descubrir ciertas incongruencias de los guiones y argumentos que fastidiaban a Hitchcock.

Alma Reville falleció de causas naturales a los 82 años.

Filmografía

Tomada de

http://www.todocine.com/bio/00150808.htm

Dirección:

Number 13 (Number 13) (1922)

El águila de la montaña (The Mountain Eagle) (1925)
El jardín de la alegría (The Pleasure Garden) (1925)
El enemigo de las rubias (The Lodger) (1926)
Downhill (Downhill) (1927)
Easy Virtue (Easy Virtue) (1927)
El ring (The Ring) (1927)
Champagne (Champagne) (1928)
The Farmer's Wife (The Farmer's Wife) (1928)
The Manxman (The Manxman) (1929)
La muchacha de Londres / Chantaje (Blackmail) (1929)
Elstree Calling (Elstree Calling) (1930)
Juno and the Paycock (Juno and the Paycock) (1930)
Asesinato (Murder!) (1931)
Juego sucio (The Skin Game) (1931)
El número 17 (Number Seventeen) (1932)
Mejor es lo malo conocido / Ricos y extraños (Rich and Strange) (1932)
Ricos y extraños (1932)
Valses de Viena (Waltzes from Vienna) (1933)
El hombre que sabía demasiado (The Man Who Knew Too Much) (1934)
39 escalones (The 39 steps) (1935)
Sabotaje (Sabotage) (1936)
El agente secreto (Secret Agent) (1936)
Alarma en el expreso (The Lady Vanishes) (1938)
Inocencia y juventud (Young and Innocent) (1938)
La posada de Jamaica (Jamaica Inn) (1939)
Enviado especial (Foreign Correspondent) (1940)
Rebeca (Rebecca) (1940)
Un matrimonio original (Mr. and Mrs. Smith) (1941)
Sospecha (Suspicion) (1941)
Sabotaje (Saboteur) (1942)
La sombra de una duda (Shadow of a doubt) (1943)
Náufragos (Lifeboat) (1944)
Aventure Malagache (WWII propaganda film) (Aventure Malagache (WWII propaganda film)) (1944)
Bon Voyage (WWII propaganda film) (Bon Voyage (WWII propaganda film)) (1944)
Recuerda (Spellbound) (1945)
Encadenados (Notorious) (1946)
El proceso Paradine (The Paradine Case) (1947)
La soga (Rope) (1948)
Atormentada (Under Capricorn) (1949)
Pánico en la escena (Stage fright) (1950)
Extraños en un tren (Strangers on a Train) (1951)
Yo confieso (I Confess) (1953)
Crimen perfecto (Dial M for Murder) (1954)
La ventana indiscreta (Rear Window) (1954)
Atrapa a un ladrón (To catch a thief) (1955)
Pero ¿Quién mató a Harry? (Teh trouble with Harry) (1955)
El hombre que sabía demasiado (The man who knew too much) (1956)
Falso culpable (The Wrong Man) (1957)
Vértigo (Vertigo) (1958)
Con la muerte en los talones (North By Northwest) (1959)
Psicosis (Psycho) (1960)
Los pájaros (The Birds) (1963)
Marnie, la ladrona (Marnie) (1964)
Cortina rasgada (Torn Curtain) (1966)
Topaz (Topaz) (1969)
Frenesí (Frenzy) (1972)
La trama (Family plot) (1976)


Guión:

The Blackguard (The Blackguard) (1925)
El enemigo de las rubias (The Lodger) (1926)
El ring (The Ring) (1927)
The Farmer's Wife (The Farmer's Wife) (1928)
La muchacha de Londres / Chantaje (Blackmail) (1929)
Juno and the Paycock (Juno and the Paycock) (1930)
Juego sucio (The Skin Game) (1931)
El número 17 (Number Seventeen) (1932)
Mejor es lo malo conocido / Ricos y extraños (Rich and Strange) (1932)
Sabotaje (Saboteur) (1942)
Encadenados (Notorious) (1946)
 

© Enrique Martínez-Salanova Sánchez