Buenas noches y buena suerte

Periodismo político y cuarto poder

©Enrique Martínez-Salanova Sánchez

 

VOLVER A «CINE Y PERIODISMO»


El puntero de don Honorato/Bibliografía/Lecturas de cine


Periodismo político Buenas noches y buena suerte El equipo de la  CBS El mccarthysmo La caza de brujas en el cine Película periodística

Sugerencias didácticas

Volver a Periodismo



Periodismo político


Buenas noches, y buena suerte es una película valiente que apuesta por el cine político, en una crítica que reclama unos medios de comunicación capaces de enfrentarse a cualquier corrupción del sistema sin someterse a las presiones de las grandes corporaciones sobre la libertad de expresión ni el de los gobiernos. Combinando con habilidad ficción y material de archivo real, George Clooney, actor y director, ha realizado una película a partir de la cual se puede ver al periodismo como un cuarto poder e instrumento de denuncia en la época a la que se refiere la acción del film pero que puede entroncar directamente con la situación en nuestros días.

El hecho en torno al cual se articula el film es el enfrentamiento emprendido por el periodista Edward R. Murrow, liberal y demócrata convencido, a través de su programa en la CBS «Buenas noches, y buena suerte», contra el senador republicano Joseph McCarthy, promotor del llamado Comité de Actividades Antiamericanas, y los métodos injustificables y anticonstitucionales utilizados en su paranoica persecución del peligro comunista en EE.UU. en 1958.

«El film se centra específicamente en un hecho televisivo. Sólo quería los momentos que acontecieron en televisión. Nos mantuvimos alejados de la mayoría de los hechos aprovechables y tratamos de mantenernos centrados en lo esencial». (George Clooney)

En un discurso, Murrow expone las miserias del periodismo, aludiendo al deterioro de la televisión como medio informativo, y del sometimiento a la publicidad y a la preeminencia del espectáculo y el entretenimiento. Arremete, con el estilo insobornable e implacable que le caracterizaba, contra la deriva que empezaba a observar en la televisión, medio que ya en aquella época –1958– estaba desplazando los programas de debate, investigación y análisis de la actualidad política y nacional a favor de los incipientes «quiz shows» o concursos televisivos que, lejos de obligar al espectador a pensar y a cuestionarse acerca de la naturaleza de los hechos diarios, tenía un efecto alienante.


La película


Buenas noches y buena suerte. Good night, and good luck

EEUU. 2005. 93 min.

Dirección: George Clooney.

Guión: George Clooney y Grant Heslov.

Producción: Grant Heslov.

Fotografía B/N: Robert Elswit.

Montaje: Stephen Mirrione.

Diseño de producción: Jim Bissell.

Dirección artística: Christa Munro.

Vestuario: Louise Frogley.

Intérpretes: David Strathairn (Edward R. Murrow), Robert Downey Jr. (Joe Wershba), Patricia Clarkson (Shirley Wershba), Ray Wise (Don Hollenbeck), Frank Langella (William Paley), Jeff Daniels (Sigfried «Sig» Mickelson), George Clooney (Fred Friendly), Tate Donovan (Jesse Zousmer), Tom McCarthy (Palmer Williams), Matt Ross (Eddie Scott).


Sinopsis

El relato narra lo que sucede durante los primeros tiempos del periodismo televisivo en EE.UU., en la década de los 50. Es la crónica del auténtico enfrentamiento entre Edward R. Murrow (David Strathairn), coproductor y presentador del magazine informativo See It Now, y el senador Joseph McCarthy y el Comité de Actividades Antiamericanas. Con la firme voluntad de informar de los hechos e ilustrar a la audiencia, Murrow y su incondicional equipo –capitaneado por su productor Fred Friendly (George Clooney) y Joe Wershba (Robert Downey Jr.) desde la sala de redac-ión de la CBS– hacen frente a las presiones corporativas y de los patrocinadores para examinar las mentiras y las tácticas alarmistas perpetradas por McCarthy durante su «caza de brujas» comunista. Murrow decide producir una serie de programas para denunciar las tácticas de McCarthy, empleando sus propios discursos para señalar las fallas y contradicciones de sus métodos.

La legitimidad de los métodos del senador fueron puestos en duda cuando destapó el asedio al que fue sometido el teniente de aviación Milo Radulovich, acusado de ser un peligro para la seguridad nacional debido a las creencias de su padre y de su hermana, logrando destrozar paulatinamente la imagen pública de McCarthy. Cuando el senador reacciona acusando al presentador de ser comunista, se erige una enorme indignación pública. En aquel clima de miedo y represión, el equipo de la CBS siguió adelante sin atender a ruegos. Su tenacidad finalmente valió la pena cuando el mismísimo McCarthy tuvo que presentarse ante el Senado y fue desposeído de poder una vez que sus mentiras y abusos quedaron por fin al descubierto.


Actores del film


David Strathairn

George Clooney

Grant Heslov

Jeff Daniels

Frank Langella

Robert Downey Jr.

Patricia Clarkson

Los personajes reales del equipo de la CBS (Tomado de Manga films)

Edward R. Murrow  (David Strathairn). 1908-1965


  Edward R. Murrow es una figura legendaria en el mundo de la información en EE.UU., que influyó notoriamente en el periodismo televisivo y contribuyó a mejorar sus formas de emisión. Se hizo famosa su característica voz al emitir en honda corta, desde el frente en Europa, las noticias de la Guerra Mundial. Sus documentales para televisión marcaron la pauta para la forma de presentar los temas sociales y políticos al poner un rostro humano en ellos. Luchó, en momentos en que la televisión estaba en pañales, por hacerla digna, verdadera y eficaz, y vehículo de los ideales democráticos y la libertad de expresión. Su último trabajo fue el de Jefe de la Agencia de Información de EE.UU. cargo para el que lo nombró el Presidente John F. Kennedy

Fue crítico con la televisión, incluida su propia cadena, «Puede que esto no le haga bien a nadie», —el discurso empezaba con severidad, y en él, Murrow describía la insostenible posición del periodista ejerciendo la radiodifusión en plataformas cuya evolución ha ido moldeándose por —y continuará creciendo así— una combinación imposible de noticias, entretenimiento, y publicidad.

 El programa de Murrow sobre Milo Radulovich, que a la larga llevaría a la emisión del legendario programa dedicado al senador Joseph R. McCarthy, en 1954, se considera por parte de muchos no sólo como el que marcó el punto de inflexión en la campaña del Senador contra los simpatizantes del comunismo sino que también es el punto de inflexión en la propia historia de la televisión.

  Fred Friendly (George Clooney)


  Fred Friendly, fue el más cercano colaborador de Edward R. Murrow. Con él coprodujo See It Now . Su colaboración se inició en una serie de informaciones que cubrían noticias e historias provenientes del frente de guerra bajo el título I Can Hear It Now, que acabaron por adaptar en un programa radiofónico: Hear It Now, la base para lo que luego se convertiría en el primer magazine de noticias televisivo: See It Now. En 1964, Friendly se convirtió en el presidente de la División de noticias de la CBS, para dimitir dos años más tarde tras mostrarse en desacuerdo con la decisión de la cadena de emitir una reposición de I Love Lucy en lugar de emitir conexiones en directo de las sesiones del Senado acerca de la implicación de los EE.UU. en la guerra del Vietnam. Tras abandonar la CBS, Friendly substituyó a Edward R. Murrow como profesor de Periodismo en la Universidad de Columbia.

Don Hewitt (Grant Heslov)


  Don Hewitt dirigió See It Now, que empezó sus emisiones en 1951. Estuvo toda su carrera trabajando para la CBS. Además de ser el primero en dirigir y producir el primer debate presidencial en 1960, produjo y dirigió el año inaugural de las Evening News with Walter Cronkite, en 1963, y creó 60 Minutes que se emitió por primera vez en 1968.

Sigfried «Sig» Mickelson (Jeff Daniels)


  Sig Mickelson, Jefe de noticias y de la División de asuntos públicos de la CBS, contribuyó al desarrollo del formato de Hear It Now junto a Fred Friendly, a la espera de crecer para convertirse en See It Now. En el proceso de independizarse de las compañías de los noticiarios, Mickelson devino capital en la construcción para la empresa del Departamento de equipos de cámaras para el metraje de los documentales.

Liam S. Paley (Frank Langella)


  William S. Paley dirigió las cadenas de radio y televisión para la CBS durante más de medio siglo. Ejerció como presidente de la cadena hasta 1946, cuando devino presidente del Consejo de administración de la CBS. Paley estableció el primer departamento de programación de la cadena radiofónica a finales de la década de los 40, y siguió promoviendo el desarrollo de la división de informativos, que fue la que posibilitó el nacimiento de See It Now en 1951.

Joe Wershba (Robert Downey Jr.)


  Joe Wershba comenzó su carrera en la radio antes de pasarse al periodismo televisivo. Productor de See It Now, también fue quien logró el metraje sobre Milo J. Radulovich, e integró el equipo que emitió los valientes programas que desafiaron al senador Joseph McCarthy. Wershba siguió trabajando en la CBS y devino uno de los primeros productores de 60 Minutes junto a Don Hewitt.

Shirley Wershba (Patricia Clarkson)


  Shirley Wershba contribuyó al desarrollo de uno de los primeros shows radiofónicos dedicados a temas femeninos: Dimensions of a Woman’s World. Casada con Joseph Wershba, ambos tuvieron que mantener el matrimonio en secreto debido a las normas de la emisora. En 1965, su interés pasó a la televisión, contribuyendo en CBS News, ABC Evening News with Peter Jennings, y en calidad de productora y guionista en Morning News for CBS. En 1975, integró el terceto de los primeros productores de MacNeil/Lehrer Report on PBS, y también fue productora de 60 Minutes.


El  «maccarthysmo»


En 1950, tras la Guerra Mundial, EE.UU. vivía enfrentado a Rusia y al bloque de países comunistas que apadrinaba. Eran los comienzos de una Guerra Fría que duró cuatro décadas. El comunismo era un mal espectral que había que batir, la otra cara de un mundo dividido a la que EE.UU. no tenía acceso si no era venciéndole en una guerra. De ahí la carrera nuclear.

Pero además de ser una cuestión de política internacional, alguien lo convirtió en un mal que ya se había infiltrado en el territorio nacional y que corría el riesgo de extenderse entre los norteamericanos como un cáncer. Fue Joseph R. MacCarthy, senador republicano por Winsconsin, quien hizo saltar la alarma y consiguió meterle el pánico en el cuerpo a los ciudadanos, a los que de repente les hicieron creer que cualquier vecino o cualquier personaje relevante al que admiraban podía tener vínculos con el comunismo, incluso con el espionaje. Los discursos de McCarthy hacían temblar.

Para frenar la afiliación comunista se creó la House of Un-American Activities Committee (Comité sobre Actividades Antiamericanas –HUAC-) en la Cámara de Representantes del Congreso, tutelado por el congresista Martin Dies, que proporcionó con su restricción de libertades un clima de sospecha alimentado por la difamación y los rumores con la confección de las listas negras que propiciaron una terrible pesadilla de delaciones, pérdidas de empleo y hasta de la propia identidad que destruyó la vida personal y profesional de miles de personas por el simple hecho de tener contactos con conocidos supuestamente vinculados al comunismo.

El senador MacCarthy, al frente del Comité de Actividades Antiamericanas, urdió un sistema inquisitorial que violaba los derechos individuales y con el que destruyó la vida de miles de personas por el simple hecho, por ejemplo, de tener contactos con alguien supuestamente vinculada al comunismo. Fueron destituidos de su cargo unos 2.000 empleados y condenados al ostracismo social no sólo ellos, sino cientos de personalidades del mundo del arte, el cine, los medios de comunicación, la literatura y la ciencia. El propio Albert Einstein fue declarado un enemigo del país. Otros, como Charles Chaplin, huyeron del país para no tener problemas en su propia casa.

Porque un comunista no podía ser un buen ciudadano norteamericano. Era un conspirador, empeñado en derrocar al gobierno norteamericano por la fuerza. Era un traidor, como agente de una potencia extranjera enemiga de Estados Unidos. No podía haber libertad para un enemigo de la libertad. No podía ampararse en las garantías democráticas quien aspiraba a destruirlas. Y todo aquél que se asociara con un comunista, fuera cual fuere la finalidad perseguida -inclusive la de actuar en defensa de la paz-, también era culpable, también era un "riesgo para la seguridad" de Estados Unidos. Surgía una nueva figura de delito: la "culpa por asociación".  

Joseph R. MacCarthy

 Comité de Actividades Antiamericanas


Actrices y actores llamados a declarar

Presidencia del Comité

La caza de brujas en el cine

Antes del apogeo del mccarthysmo (que tuvo su esplendor entre 1950 y 1953), uno de los episodios más célebres y funestos llevados a cabo por la HUAC fue la caza de brujas que se llevó a cabo en Hollywood, donde el Comité sobre Actividades Antiamericanas obligó a firmar declaraciones juradas, produciéndose oscuras afirmaciones arbitrarias y dudosas delaciones de gentes atemorizadas.

Actores como John Wayne, James Stewart, Gary Cooper, Clark Gable, Ronald Reagan, Barbara Stanwyck, Ginger Rogers o directores como Leo McCarey, Cecil B. De Mille, Victor Fleming, Frank Capra o Walt Disney apoyaron la iniciativa anticomunista, mientras que otros, como Edgard G. Robinson, junto a Humprey Bogart y Lauren Bacall, promovieron el Comité para la Primera Enmienda para posicionarse en contra del HUAC, siendo acusados de rebeldía por parte de Parnell Thomas, presidente del comité  y un joven arribista llamado Richard Nixon.

En este caos de inculpaciones, aparecieron delatores que ofrecían nombres de simpatizantes comunistas. Jack L. Warner, Robert Taylor y Adolphe Menjou, Gary Cooper, Elia Kazan, Lee J. Cobb, Leo Towsend, fueron soplones que amedrentados, hirieron gravemente al cine de la época con sus acusaciones, muchas veces infundadas, que llevaron a que diez miembros de Hollywood se negaran a declarar, por sus conexiones con la ideología comunista (los conocidos como Los 10 de Hollywood); el director Edgard Dmytrk, Adrian Scott (productor), los guionistas Alvah Bessie, Herbert Biberman, Lester Cole, Albert Maltz, Ring Lardner Jr., John H. Lawson, Samuel Ornitz y el director Dalton Trumbo, fueron repudiados por la industria y encarcelados durante meses. Incluso otros varios sospechosos como Dashiell Hammet, Robert Rossen, Joseph Losey, Jules Dassin, Charles Chaplin, John Huston, Orson Welles o Fritz Lang tuvieron que expatriarse a Europa o desaparecer hasta el final del mccarthysmo por miedo a represalias políticas. Hasta 1953, más de 2.000 personas relacionadas con el mundo del arte, el cine, los medios de comunicación, la literatura y la ciencia fueron condenadas al ostracismo social y profesional.


Película periodística (Tomado de Manga films y de algunas críticas)


El guión, escrito por el propio Clooney, junto a Grant Heslov, pone énfasis continuamente en la forma en la que el equipo de Murrow selecciona los materiales que muestra y en cómo los muestra. Hay una profunda e interesante reflexión sobre el ejercicio de informar, sobre la imposibilidad de la neutralidad. Qué y cómo se muestra una imagen lleva siempre implícito un posicionamiento, sea político, ético o ideológico. Esta reflexión en torno al periodismo se traslada al terreno cinematográfico y pone al descubierto el trabajo de Clooney en la dirección. Apreciamos así con mayor claridad su capacidad de síntesis que se pone de manifiesto en el hábil uso de la elipsis. Clooney sabe lo que quiere decir y no necesita marear la perdiz. Va al grano y acierta de pleno. Es también destacable la utilización de la estética televisiva para la realización de la película. Hay un uso procedente de la urgencia y velocidad del estilo televisivo y la utilización de múltiples cámaras (en diferentes angulaciones sobre un mismo objeto o en el característico barrido televisivo en travelling lateral) facilita la comprensión de las tensiones y equilibrios de poder que se manifiestan en el espacio tridimensional del set televisivo.

Rodada con un tono semi-documental que utiliza con habilidad recursos propios del género como la cámara  «errática y nerviosa», y hace un perfecto ensamblaje entre la imágenes ficticias de los actores y las auténticas de la época con los personajes reales, apoyado en un excelente montaje.

Clooney incluye además elementos muy interesantes como las canciones de jazz que enlazan algunas escenas y cuyas letras hacen mención a lo que está ocurriendo en ese momento en la película o como el vestuario y la ambientación, que reflejan perfectamente aquella época.

Otro elemento interesante es cómo se nos enseña la metodología de trabajo de aquellos periodistas en la televisión, el equipo que forman, cómo se reparten las tareas, el caos aparente que hay antes de cada emisión, cómo Friendly le da paso a Murrow o el tira y afloja que mantienen con William Paley (Frank Langella), el dueño de la CBS. Son un conjunto de detalles  que culmina cuando todo el grupo se reúne en el bar y comprobar qué efecto han tenido sus polémicas emisiones en el resto de la prensa.

Vale la pena apuntar, en lo que respecta al estilo literario de los parlamentos de Murrow una brillante reflexión planteada por Phillip Lopate en su artículo sobre la película para el número de Septiembre/Octubre de la revista nortemericana Film Comment: «El público americano escuchaba a Murrow porque sabían de su pasado como corresponsal de guerra. Pero también le escuchaban porque sabían que era un escritor que era hombre de palabra. Si hay una guerra perdida invocada en el filme, es aquella en la que el lenguaje escrito aún tenía un rol que jugar en la cultura oral/visual de aquel tiempo».

También merece un comentario aparte el magnífico trabajo de Robert Elswit en la fotografía (colaborador habitual de Paul Thomas Anderson), en blanco y negro, aderezada en muchas ocasiones por el espeso y blanco humo del tabaco muy presente en el film. Además de su participación en la mayor parte de lo apuntado en el párrafo anterior, Elswit sobresale en un uso del blanco y negro que proyecta una rica paleta de tonos grisáceos que da densidad y profundidad a la textura del filme. La elección del blanco y negro parece a posteriori una solución obvia, fundamental para la morfología compacta de la película. Además de su utilidad como elemento amalgamador de las diferentes imágenes (de diferentes fuentes televisivas), el blanco y negro parece la única estrategia posible para dar credibilidad y cohesión a los cara a cara de Murrow contra McCarthy, que se materializan siempre a través de pantallas de televisión.


Edward R. Murrow

(El verdadero)

Sugerencias didácticas


Buscar información sobre la caza de brujas y el maccartysmo

Opinar sobre la libertad de expresión: Derecho. Límites. Posibilidades

Comparar con situaciones que se dan en la actualidad

Plantearse las cuestiones:

  • ¿Quién debe decidir los contenidos de la TV?

  • ¿Qué fuerza debe tener la audiencia?

  • ¿Cuál es la responsabilidad política de la prensa y la televisión?

  • ¿Qué influencia deben tener los partidos políticos en el periodismo y los medios de comunicación?

  • Qué influencia deben tener el periodismo y los medios de comunicación en la política de un país?

  • ¿Cuál es la responsabilidad educativa de la radio, la prensa y la televisión?

  • ¿Por qué la televisión no se preocupa más por la cultura de un país? ¿Hasta dónde debería llegar en su implicación cultural y social?


©Enrique Martínez-Salanova Sánchez