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¿Qué hay detrás de nuestros comportamientos?

© Enrique Martínez-Salanova Sánchez


El puntero de don Honorato/Bibliografía/Lecturas de cine/Glosario de cine


 

 Un antiquísimo debate diferencia claramente las dos posiciones encontradas que han marcado las diferencias entre los que afirman que toda conducta es predeterminada genéticamente, o que todo es innato e impreso en los genes desde nuestra concepción, y los que con la misma rotundidad afirman que todo es adquirido, que las condiciones culturales conforman las conductas de los individuos. A pesar de los abanderamientos, febriles en muchos casos, por una u otra postura, cada día la biología aporta más datos que permiten suponer que en la especie humana hay genéticamente más información predeterminada de la que se sabía, y por otra parte, como afirman las ciencias sociales, cada día es más difícil detectar en los adultos la diferencia entre aquello con lo que se nace y lo que realmente es adquirido.

En la práctica, mientras los científicos aportan sus propias conclusiones, es mucho más sensato, eficaz y seguro, pensar que todo es adquirido, ya que en el mundo de los adultos, es prácticamente imposible diferenciar lo innato de lo adquirido. El adulto es un ser «como es en ese momento», y como tal hay que actuar con él.

 Lo que aprendemos

 Aprender es, según la mayoría de los expertos, cambiar de conducta con cierta permanencia. Desde este punto de vista, casi todo el bagaje ideológico, cultural, social, de valores o de necesidades, es adquirido. Los medios de comunicación, en pleno impacto de una sociedad cuya base es la información homogeneizan a todos los seres humanos. Es a través de esa situación de hecho desde la que hay que descubrir los aspectos individuales de cada persona de la especie humana y tomar decisiones en cuanto a sus necesidades de aprendizaje.

Lo innato, en la práctica, no deja de ser un sustrato, digno de tener en cuenta, pero que afecta muy poco o nada, la propia personalidad del adulto en formación.

 El aprendizaje lo definimos como el cambio de conducta que con cierta permanencia se produce en los individuos de la especie humana. Por esa razón las acciones formativas deben poseer un sentido del reposo, de la estabilidad y de la reflexión que permita que las cosas queden en la memoria a largo plazo, evitando todo aquello que lleve a la rapidez, al aprendizaje memorístico y a todas las actuaciones irreflexivas.

 Lo que se percibe de la realidad

 La percepción es el proceso mediante el cual un individuo adquiere una sensación interior que resulta de la impresión material hecha en los sentidos. Esta sensación puede ser consciente o inconsciente. A la percepción inconsciente, por estar bajo el límite de la consciencia, o subconsciente, le llamamos percepción subliminal. Los ojos, los oídos, las terminaciones nerviosas de la piel son el primer medio de contacto con el medio ambiente. El cerebro percibe por miles o millones de canales, los llamados perceptores, que tanto son los denominados sentidos tradicionales como cualquier otro lugar o forma de hacer que un estímulo penetre en el cerebro.

 La información pasa por sistemas de codificación, que aceptan (motivación), o rechazan el estímulo. El sistema nervioso convierte información en impulsos eléctricos que trasmite al cerebro donde producen cadenas de reacciones eléctricas y químicas. El resultado es la conciencia interna de un objeto o de un suceso. La percepción precede a la comunicación y ésta deberá conducir al aprendizaje.

 El profesor no debe olvidar que en el proceso cognitivo de cualquier aprendizaje existe lo que se llama memoria a corto plazo, que es la que hace que actuemos con informaciones recibidas en el momento, o que rescatamos del cerebro, del consciente o del inconsciente, con el fin de trabajar con ella durante cortos espacios de tiempo. Algunos científicos afirman que esta memoria solamente está retenida durante espacios no mayores de media hora. Si las clases duran más, es probable que esta memoria pueda retenerse mayor espacio de tiempo, debido al debate, al interés momentáneo que despierta una situación, o a la capacidad que el profesor tenga de mantenerla en el interés del alumno. Para ello están las actividades de clase.

 La memoria a largo plazo es la que genera realmente aprendizaje, conductas duraderas. Sin las actividades de las que hablábamos antes, es imposible que el alumno logre «aprender». Sin embargo, no podemos considerar verdadero o eficaz por lo menos, un aprendizaje si este no es capaz de ser transferido a otras situaciones parecidas o incluso diferentes. El recuerdo, o lo que es lo mismo, el rescate de la información de la memoria a largo plazo, es lo que hace que los individuos reproduzcamos situaciones, provoquemos acontecimientos o nos comportemos de una forma o de otra.

 Hay dos principios de la percepción especialmente importantes. Primero, el fenómeno de la percepción está constituido por muchos mensajes sensoriales que no se dan separadamente sino estructurados en patrones complejos. Estos llegan a formar la base del conocimiento que la persona adquiere sobre el mundo que le rodea. Segundo, un individuo reacciona solamente a una pequeña parte de los estímulos del medio en un momento dado. Elige aquella parte del universo que quiere experimentar, o que atrae su atención en ese momento (por esto, debemos diseñar materiales que atraigan y conserven la atención del alumno). La percepción es una experiencia personal y única. No es exactamente igual para dos personas. Un hecho puede percibiese en forma de experiencias pasadas, de motivación presente y de vivencias actuales.

 Lo que nos mueve a actuar

 Citando otra vez a Maslow, lo que mueve a actuar a la especie humana, es fundamentalmente, igual que a los animales, las necesidades primarias, las biológicas, alimenticias, de abrigo y fisiológicas. No obstante, como se afirmaba anteriormente, el mismo Maslow, se plantea el interrogante sobre la cantidad de casos y situaciones que no confirman su propia regla. La especie humana es muy compleja y los intereses de la misma, no responden a conductas preestablecidas sino que pueden variar en función de parámetros en la mayoría de los casos impensables.

 En el caso concreto de los intereses laborales, la generalidad de los alumnos que pretenden una formación profesional ocupacional, intenta que su futuro trabajo responda a intereses ligados a su propia preparación personal. Es lo normal en cuanto a intereses, pero no en cuanto a posibilidades de trabajo. Hace ya dos o tres décadas, los universitarios centroeuropeos y nórdicos, sabían ya que su carrera, o sus carreras universitarias, debían esperar en su futuro laboral, pues los puestos laborales de diversas especialidades estaban saturados. Mientras podían acceder al puesto de trabajo más ligado a sus estudios, trabajaban en «otra cosa», mientras se preparaban más y mejor para su futuro.

 La necesidad de cambiar los intereses cuando existe conflicto

 En toda Europa, incluido nuestro país, se reproduce ya el esquema citado anteriormente. Ni la universidad, ni la Formación Profesional, ni ningún otro estudio, aseguran el trabajo «per se». El puesto laboral, hay que lograrlo, en muchas ocasiones en ámbitos y aspectos muy diferentes a lo que la persona desea. Se crea en este caso un conflicto de intereses muy grave, que obliga a cambiar los intereses si no se quiere llegar a una total frustración.

 Intereses no son la misma cosa que deseos, ganas o caprichos. Tienen que ver con la realidad total de los individuos. «No tengo ganas de trabajar», o «no puedo trabajar en lo que me gusta», son intereses encontrados con «debo trabajar para sobrevivir». La necesidad está en trabajar para vivir. La especie humana posee una gran capacidad de adaptación, ya que tiene cerebro para cambiar sus propios intereses, necesidades y objetivos, es decir, al contrario que los animales, puede aprender desligándose de las necesidades primarias.

 Las experiencias profesionales

 Las experiencias profesionales, la historia, la vida de las personas, los trabajos y ocupaciones anteriores, las aficiones, los gustos, las diversiones y los juegos, en definitiva la cultura de los individuos, son la base de su futura responsabilidad, de los resultados eficaces de su vida y la causa de que los empleos puedan mantenerse en un futuro.

Nadie, en ningún curriculum vitae, expresa la simpatía, el don de gentes, los carismas personales, la idiosincrasia de una persona, o lo que la diferencia y caracteriza de las demás. Sin embargo, todos esos bienes corresponden al bagaje cultural de una persona.

 La experiencia abarca, en el ser adulto, la totalidad de sus vivencias, ya que cualquier situación vivida y almacenada, puede ser transferida como aprendizaje en otros momentos o situaciones vitales. En «cualquier» situación laboral, «cualquier» experiencia puede ser definitiva para aplicar o transferir una conducta, conocimiento, afecto o movimiento.

 Polivalencia

 El ser humano es, por definición y necesidad, polivalente. Somos animales racionales, y mantenemos vivo, tanto nuestro espíritu de supervivencia como la necesidad de ser solidarios. En nuestra memoria se insertan millones de informaciones almacenadas durante muchos años en millones de neuronas. Las relaciones, conexiones entre ellas, hacen al ser humano diferente a otras especies.

 Cuanto más integrada está la mente humana, mayores posibilidades de respuesta vital tienen los individuos para acceder a la formación, al aprendizaje y al empleo. Una vez conseguido este, la mayor cantidad de habilidades, logra una mayor posibilidad de acciones y por lo tanto un mayor grado de aspiraciones laborales.

 Si establecemos relaciones entre los conceptos, las experiencias de todo tipo, los afectos, las actitudes y los movimientos, nos convertimos en seres con mayores capacidades de supervivencia, de afecto y de actividad laboral

 El mundo de lo subliminal

 Todo lo que se introduce en nuestro cerebro de forma inconsciente, es decir, lo que se adentra bajo el límite del consciente, es lo que llamamos percepciones subliminales. El proceso de análisis de la subliminalidad es complejo por la variedad de lugares, impactos visuales y auditivos, estímulos ocultos o camuflados por la que se nos introduce en el cerebro. Sin embargo, se hace posible el descubrir en muchos casos en qué lugar se encuentran dichos estímulos y cómo dar con ellos. El trabajo, actividad de clase, suele ser de gran interés para los alumnos. Permite al mismo tiempo sentar las bases por las que una persona no solamente entiende mejor los mensajes, sino que descubre gran parte de lo que en un momento puede lesionar sus intereses y defenderse, con conocimiento, de mensajes no queridos.

La publicidad, el cine, la imagen fija, las técnicas de venta, la televisión, el diálogo, los documentos de trabajo, etc., están llenos de situaciones que hacen posible apreciar dónde y cómo se dan los estímulos que pueden provocar percepciones subliminales. José Lorenzo González, en su libro «Persuasión subliminal y sus técnicas», describe una serie de experimentos dirigidos a profundizar en los efectos de lo subliminal: La primera investigación se debe a Pierce y Jastrow (1984) quienes pretendían saber si los juicios de las personas sobre cual de dos objetos era el más pesado, podían ser afectados por la presentación de estímulos subliminales.

 Los datos obtenidos pusieron en claro que el criterio con el que las personas juzgan espontáneamente el peso de una serie de objetos puede ser cambiado subliminalmente sin que el sujeto sea avisado de ello. «Si los criterios de evaluación pueden ser cambiados subliminalmente, esto significa que cualquier comportamiento puede ser manipulado. Muchos individuos podrían cambiar sus actitudes sobre la moralidad de la guerra, de la embriaguez, de la traición o de la amistad».

Las relaciones interpersonales

 La comunicación entre los seres humanos es clave para la búsqueda y aceptación en el empleo y para el mantenimiento en el mismo. Sin embargo, no debemos pensar solamente en ello, ya que sin comunicación interpersonal, difícilmente podremos comunicarnos con nosotros mismos, es decir, reflexionar. La clave de las relaciones con otras personas está en nuestra formación personal, en la capacidad de pensamiento, reflexión, formación y autoevaluación.

 El sistema comunicativo es parte del sistema general que nos proporciona la probabilidad de cumplir con la sociedad en que vivimos.

  

 Ejercicio: Subliminalidad, necesidades y empleo


Fase primera. Análisis de anuncios.

El profesor presenta, tanto en vídeo como en revistas, abundantes anuncios publicitarios en los que se aprecien actividades humanas de diverso signo: trabajo, diversión, consumo, utilización del hombre y la mujer.

  • Se propone un debate sobre los anuncios publicitarios y la incidencia social, consumista, que provocan.

  • Se pide a los alumnos que recuerden otros anuncios que amplíen el marco de posibilidades.

  • Se analizan en grupo:

  • La veracidad, el engaño, la eficacia, el impacto personal y afectivo de los anuncios.

  • Se analizan en grupo los elementos subliminales que expresan lujo, consumo. riqueza, confort, información, etc.

 Fase segunda: Individual.

  • Confeccionar un trabajo personal en el que se tengan en cuenta los impactos que personalmente repercuten de la publicidad y de toda imagen o situación que genera subliminalidad.

  • Enumerar situaciones parecidas en otras personas.

 Fase tercera. En pequeños grupos de trabajo. Máximo cinco personas.

  • Elaborar un guión para un spot de televisión en el que se presente un mensaje positivo sobre el trabajo y el empleo. Se puede filmar, si hay condiciones y recursos.

 Fase cuarta. En el grupo de la clase.

  • Presentar guión, y filmación en su caso, ante el resto de los compañeros.

  • Proponer turnos de preguntas y respuestas sobre la realización y el tema elegido.

Fase quinta. Síntesis final

  • El profesor, con la ayuda de los alumnos elabora un listado de conclusiones.

  • El grupo realiza un mural en el que se exponen los elementos principales de que se compone la subliminalidad y la respuesta de las personas en su ocupación.

 Recurso didáctico. Spot publicitario y anuncios.

 

Ejercicio: Debate sobre las funciones del profesor orientador


Fase primera. Semejanzas y diferencias

A partir de los datos que ya conoces por tu experiencia, de los documentos y gráficos de anteriores y de explicaciones de tu profesor realiza individualmente una lista de funciones iguales y parecidas, y otra de diferencias, entre el profesor tradicional y el profesor orientador.

 Fase segunda. En grupo

Hacer un juicio crítico y exponer situaciones conocidas que tengan que ver con las frases:

  • la escuela es un antro de dependencia

  • la familia crea relaciones de dependencia

  • el sexo crea relaciones de dependencia

 Fase tercera. En grupo.

  • Contestar a la pregunta y exponer situaciones conocidas

  • ¿Puede y debe crear la actitud del profesor orientador situaciones de dependencia?

  • Explicar lar razones a favor y/o en contra

 Fase cuarta: debate y puesta en común

  • Presentar los trabajos o conclusiones de grupo

  • Elaborar una síntesis lo más completa posible sobre relaciones de dependencia entre alumnos y profesores

  • Realizar un guión para un cómic sobre una situación de dependencia

  • Diseñar y producir un cómic o historieta sobre una situación de dependencia

© Enrique Martínez-Salanova Sánchez